martes, 30 de diciembre de 2014

809. Irina y Slava

(Desde Moscú)

Se tuvo que hacer el boludo, Slava. Le dijo a su novia Irina que iba al baño, y al rato volvió a la fila 13 del sector D-12 del Mytishchi Arena con un micrófono y un ramo de rosas blancas.

Le temblaba todo al pibe. Y no porque su club de hockey sobre hielo, el Atlant, estuviera perdiendo 3-0 de local contra el Dynamo de Riga.

Delante de 5.000 personas, Slava le dijo a Irina que la amaba y que ese estadio significaba muchísimo para él y por eso lo había elegido para pedirle matrimonio. Se arrodilló y sacó un anillo del bolsillo.

-¡Da! -dijo ella, sonriendo su emoción, así como la ves.


(Yo estaba en la fila 12, o sea debajo de ellos, 
y saqué esa foto exclusiva de su felicidad 
y luego se las whatsappeé 
y ahora tengo 2 nuevos amigos rusos 
que se van a casar en breve 
porque Irina está embarazada de 4 meses 
y no quiere estar demasiado panzona en la fiesta.)


domingo, 15 de junio de 2014

808. #100%Lilita

[Casi un año después, retomo un cacho el blog para publicar esto que no entró en el diario de hoy.]

   Iba para mi oficina y justo me topé con Elisa Carrió. Así que tuve que preguntarle por “Republiquita”, la muñeca que se hizo famosa hace 3 domingos cuando "Lilita" tuiteó una foto de ambas en la cama durante el programa de Jorge Lanata.


   -Está en casa -me dijo-. Acá en Bahía Blanca me regalaron un chupete para ella.

   Ya que estaba, también le pregunté de dónde salen sus tuits desopilantes: Carrió suele publicar en su cuenta fotos en las que aparece acostada abajo de un auto o comiendo una milanesa a la napolitana.


   -Se me ocurren a mí -aseguró. Y dijo que a veces su amiga Blanca la convence para que NO mande ciertas cosas.


   -¿Y la línea del ridículo...?


   -A mí no me importa -dijo-. A vos te puede preocupar el ridículo.


   -Para nada -le contesté-, ¡la que está expuesta públicamente sos vos!


   -Yo ya perdí los estrógenos... -remató “Lilita”. Y se rió-. Además, tengo una diferencia intelectual tan grande con los demás políticos argentinos...


   Nos despedimos y se iba, pero de pronto se dio vuelta y avisó:


   -Y todavía no llegué a los 60 años: ya voy a hablar más.