661. Hay que ser animal, eh...
Quiero hacer tres reconocimientos públicos hoy, en coincidencia con el Día del Animal.
1.
En el edificio donde vivo hay tres (repito: tres) perros iguales. No tengo idea de la raza. Son muy chiquitos y blancos -como miniovejas-, ladran todo el tiempo agudamente y de vez en cuando, a cualquier hora, parecen llorar como bebés.
De esos tres perros, hay dos (repito: dos) que viven en el mismo piso. En mi mismo piso. Uno en el departamento de al lado y el otro, en el de enfrente. Y entre ellos se comunican de forma permanente, guau va guau viene.
Mi primer reconocimiento es el siguiente: reconozco que los detesto. A ellos y a sus dueños, claro, que se creen que el universo debería admirar a sus putos perros o, de mínima, aguantarlos porque mirá, si son tan lindos...
2.
"En estos momentos creo que hay un despertar; nos estamos quitando la venda de los ojos y viendo a los animales como son: como seres vivos que tenemos que respetar. No los podemos utilizar a nuestro antojo ni hacerlos reproducir para nuestro beneficio. El vegetarianismo y el respeto por los animales se está extendiendo en la sociedad y terminará por imponerse", dijo el escritor colombiano Fernando Vallejos en un reportaje que publicó Página/12 este martes.
También dijo, entre otras cosas, que para él escribir libros es una desgracia, que la literatura lo tiene sin cuidado y que Borges "era muy mal poeta y un prosista menor".
Mi segundo reconocimiento es el siguiente: reconozco en Vallejos a pelotudo importante. El escritor bahiense Nacho Molina tiró en Twitter que le gustaría ir a la Feria del Libro para arrojarle algún sillazo: somos dos.
3.
"¿Por qué Madres no puede hacer un juicio sobre periodistas cómplices del genocidio?", se preguntaba ayer, en su Facebook, otro escritor bahiense respetable y lúcido.
Mi respuesta:
-Como poder, las Madres pueden. Pero creo que está mal: porque si hay delito, para eso está la Justicia. Porque parece una burla que quiera hacer un "juicio ético" alguien que (entre otras barbaridades) bastardeó al pueblo boliviano y festejó la caída de las Torres. Porque es peligroso: si siguen así, algún cabeza de termo se va a terminar zarpando mal. Porque daña la entidad de los escraches a los represores.
Mi tercer reconocimiento es el siguiente: reconozco que en la Plaza de Mayo hoy se producirá la animalada del día.