790. Serie "Querido diario": Día 5: Injusticias
(Desde Las Vegas)
Mi vuelo despegó de Washington a las 8:30,
duró 5 horas y aterrizó a las 10:30. No obstante, ese viaje en el
tiempo, pasando de la hora del este a la del Pacífico, fue lo de menos.
Lo de más fue bajar del avión, entrar en el aeropuerto y toparme con
tragamonedas.
No esperaba sutilezas de la Ciudad del Pecado,
pero tampoco esa explicitud atolondrada: ¡hay maquinitas hasta donde
buscás el equipaje!
—Están por todos lados. Ya te vas a acostumbrar —me dijo Mike Hengel, el editor jefe del diario Las Vegas Review-Journal
y mi anfitrión durante los próximos 10 días: voy a seguir la recta
final de la campaña y las elecciones en este indeciso estado de Nevada.
Se ponen en juego sólo 6 de los 538 votos del
Colegio Electoral, que es donde se definirá el próximo presidente
norteamericano. Ahora, la batalla entre el demócrata Barack Obama y el
republicano Mitt Romney anda tan ajustada que todo suma y por eso se
espera que ambos se den una vuelta por acá esta semana.
Mike nació en St. Louis (Missouri) y es obvio
fanático de los Cardinals al béisbol. Aunque de fútbol, cero. Así que
brevemente le expliqué que las tragamonedas me preocupaban bastante
menos que llegar a ver el superclásico River-Boca. Pareció entender
porque ni siquiera pasamos con el auto por el famoso Strip de Las Vegas,
ese un pedazo de avenida de unos 6,4 kilómetros donde están los hoteles
mastodónticos, brillosos y grasas que aparecen en mil películas.
Llegué al mío, el Golden Nugget (que tiene lo suyo: casino, 2.345 habitaciones, un tanque de tiburones; incluso protagonizó
una de James Bond... en 1971), entré en mi cuarto, tiré la valija,
prendí la computadora, me conecté a Internet (¡12,99 dólares!), puse el
partido y justo metió el gol Ponzio.
(Foto: NA)
"Está clarísimo —pensé—, la ciudad me hace un guiño. Hoy les ganamos a los bosteros y reviento un par de tragamonedas."
Me fui a dormir temprano, cansado: sobre todo de las injusticias.
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