471. Maraca Maracaná
(Desde Río de Janeiro)
Recién llego del Maracaná.
Fui con un dentista bastante piratón, un canadiense de padre iraquí y madre kuwaití al que conocí almorzando a las cuatro de la tarde.
Viajamos ida y vuelta en subte con aire acondicionado.
Pagamos entradas a mitad de precio -tribuna media, 15 reales cada una- gracias a mi carné de la Universidad de Oxford y a que lo convencí para que usara su credencial de un hospital-escuela de Nueva York, donde vive.
Un culo moreno digno de un poema épico y que sambaba y sambaba y sambaba delante de nuestras bobas narices las canciones de la torcida nos alivió el cero a cero entre Vasco da Gama y Fluminense por la copa carioca.
Caímos de casualidad en la hinchada del Vasco, que le copió a River la camiseta de la banda en diagonal. (La de ellos es negra.) Para demostrar su cariño por el club, los vascaínos elevan sus brazos, cruzan los antebrazos y hacen un bonito fuck you con cada mano.
Los brasileros usan muchas canciones del fútbol argentino. Con el ritmo pifiado. Y las bailan. Y las letras son más... dulces, digamos. Por ejemplo, cuando nosotros imperativamente gritamos "que esta tarde/ tenemos que ganaaaaaar" ellos declaran que están ahí "con mucho orgullo/ con mucho amooooooooor".
Si me preguntan, el Maracaná me pareció un estadio onda "No fumes porque me toma olor feo el tapizado de leopardo": impresionanchi pero medio maricón.
2 comentarios:
Venden birra adentro del estadio: Maracaná 1 - Cualquier otro estadio de Argentina 0
Diego: ya no, chango, ¿qué te creés: que la bardeo al pedo?
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