viernes, 25 de febrero de 2011

758. SMS Nº 112


Hoy, a esta hora, estoy en el diario: harto es poco. Pero mañana, a esta hora, voy a estar en Río de Janeiro para reventar el sábado de precarnaval con el amigo Bruno. Y el domingo, a esta hora, voy a estar con el Tano y el Buda en un crucero que recorrerá el nordeste brasileño. Saudação cordial.

miércoles, 23 de febrero de 2011

757. Porotito, pulserita, acuerdito


1)

Rubén, finalmente, fue operado hoy en el Gran Buenos Aires.

Y oh casualidad: ayer la obra social hizo el depósito correspondiente.

(Yo le anoto un porotito al periodismo que hace la diferencia.)


2)
Como no me contestaba los mensajes, pasé hoy por el laburo de mi amigo el comprador de la pulserita Power Balance.

-¿Estás guardado por tu evidente conexión con Pedraza y el "Momo" Venegas?

-No, boludo. Estoy demasiado quemado. No doy más.

Entonces vi que no tenía la pulserita puesta.

-Se me rompió. Y fui a que me devolvieran la guita, pero tienen que ver si es un error de fábrica.

-¿Y cómo vas a hacer para subirte al avión este sábado? Río de Janeiro nos espera...

-No sé. Por ahí como mucha pasta, algo bien pesado, así me caigo del sueño. O me clavo una pastilla.


3)

Firmé y ya me agregaron la guita, así que insisto: hay que quejarse más.

domingo, 20 de febrero de 2011

756. "A ponerse las pilas"


El lunes estaba moderando comentarios en lanueva.com (una de las tareas más desagradables que hay) cuando me topé con uno, que cayó al Blog colectivo y lo firmaba un tal Juan Ignacio:

Hola. Mi papá es un enfermo de Parkinson. Lo operaron y el período de la batería se agotó. La operación cuesta 117.000 pesos. Hoy está postrado en un sillón y no se puede mover por sus medios. Trabajó 32 años en Entel. Su obra social es Ostel. Presentamos un recurso de amparo y la jueza falló a nuestro favor, pero Ostel no cumple ¡¡Y MI PAPÁ SE ME ESTÁ MURIENDO!! ¡¡¡Que alguien haga algo con estos chantas...!!!


No fue la primera vez que me cruzaba con una historia así de dolorosa, pero esta me tocó una fibra especial: probablemente porque el crack de mi abuelo paterno padeció el Parkinson varios años.

Decidí no publicar el comentario. "Por favor -le contesté a Juan Ignacio-, danos todos los detalles posibles del caso así tratamos de dar una mano."

Una hora y pico más tarde tenía en la bandeja de entrada un correo con un relato asperísimo y tierno, desesperado y corajudo.

"Ya mismo me pongo en campaña para ver qué se puede hacer", le dije.


En el café del diario le comenté el tema a mi compañero Maxi Palou y al toque nos entusiasmamos: se trataba de una de esas historias con las que -como dicen los yanquis- el periodismo hace la diferencia.

Así, a cuatro manos, surgió una nota de tapa que salió publicada hoy: se titula "A ponerse las pilas".

martes, 15 de febrero de 2011

755. SMS Nº 111


Estuve un año sin poder bucear. Se me enredaban algunas cosas. Me dolió. Babeé. Un par de veces sonreí con los labios sellados. Me acostumbré al sabor metálico... Pero, en fin: hice lo que tenía que hacer, la apechugué, y ahora que me sacaron la ortodoncia me puedo ir de boca tranquilo. Sí, usé aparatos a los 35-36 años. ¿Y?

miércoles, 9 de febrero de 2011

754. Muñecas bravas


Resulta que un gran amigo -no diré quién, por respeto a su autoestima- decidió gastar 150 mangos para comprar Y USAR una de esas pulseritas mágicas llamadas Power Balance.

Mi amigo es un tipo grande, de 37 años ya, profesional, piola... Pero le tiene pánico al avión y piensa que esa cosa le va a ayudar a bancarse las tres horas y pico que demanda un vuelo entre Buenos Aires y Río de Janeiro. Solía ser lúcido, mi amigo.


Por si no sabés de qué se trata: es una cinta de silicona o neoprén que tiene un holograma y se ha promocionado como algo que "mejora el balance, la fuerza y la flexibilidad".


La compañía se fundó en 2007 en los Estados Unidos, donde la pulserita cuesta 30 dólares y se vende masivamente gracias a que la usan famosos como los basquetbolistas Shaquille O'Neal y Derrick Rose.

A partir de entonces, el producto se hizo global y permitió que la empresa ganara 35 millones de dólares en 2010.


Y automáticamente, en los Estados Unidos se coló una demanda colectiva millonaria "para comprensar a clientes estafados".


Entrás en Google, ponés "Power Balance" y en los 10 primeros resultados aparecen un par de sitios oficiales de la marca y el resto son artículos críticos...

Eso le dije hoy a mi amigo, cuando pasé por su laburo para ver en vivo y en directo la pulserita (que, para colmo, es blanca).

-Me di cuenta después -me contestó-. ¿Vos decís que me cagaron?

-No... Por ahí te salvaron la vida, boludo.

-Andá a la puta que te parió.

-Bueno, ¿pero al menos te sentís mejor? ¿Notás algún efecto beneficioso?

-No.

-Entonces andá a ver al pibe que te la vendió y pedile que te devuelva la guita. Yo estoy con don Fodor Lobson: se aprovecharon de tu demencia senil precoz.

-Ahora ya fue: me convencí de que la necesito para hacer el viaje en avión. Pero cuando vuelva, ya arreglé que se la vendo a mi jefa por 100 pesos...

viernes, 4 de febrero de 2011

753. Hay que quejarse más: la denuncia 2.0 sirve

[Publiqué este texto hoy en el 


Esta madrugada recibí cinco mensajes de texto en mi teléfono celular. Sí, CINCO.

Eran todos iguales y provenían del número 36861 que pertenece a Personal, la compañía proveedora del servicio. Me avisaban que tenía un MMS en un álbum que jamás abrí.

El primero llegó a las 0:50, el segundo a las 0:56, el tercero a la 1:04, el cuarto a las 2:33 y el quinto a las 3:43.

Soy bastante noctámbulo, pero me molestó igual que la empresa me enviara compulsivamente mensajes corporativos sin pedirme autorización.

A la mañana comenté el caso en mi cuenta de Twitter y avisé que iba a recurrir a la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC).

Y pregunté: "¿Qué tipo de estrategia de marketing es spamear el teléfono de un cliente a las 4 de la mañana, @? ¿Están locos, son tontos o qué?".

-Son locos, son tontos, y unos incompetentes. Andá a Defensa, eso es ilegal, y ellos lo saben -me contestó Subjuntivo, uno de mis contactos en la red.

Entonces se me ocurrió un experimento: "A ver si se puede hacer una denuncia por Twitter. Es decir, salteándose la burocracia y bien 2.0. A ver".

A los pocos minutos me respondieron:
1) "Indicanos tus datos así aclaramos tus inquietudes", dijo @.
2) "Con tu número podemos hacer gestión previa para que no recibas más mensajes y evitar la denuncia. Si no funciona, denuncia por escrito", dijo @.

Les pasé mi celular a los dos. Y a la compañía le aclaré: "Me gustaría no volver a recibir propaganda de ningún tipo. Gracias".

Casi instantáneamente, me llegó un mensaje de texto. Lo mandaba el 813, que también pertenece a la empresa. Decía: "¿Aún no sos socio del Club Personal? Registrate sin cargo en www.personal.com.ar".

¡Increíble! Parecía a propósito: otra prueba para mi minúscula paciencia. "¿Me están tomando el pelo?", tuiteé.

Al toque me llamaron desde un número de Córdoba, que probablemente sea la capital nacional del telemarketing. Un chico de Personal me prometió que iban a bloquear los mensajes corporativos que, insisto, yo jamás había pedido.

Y enseguida el propio titular de la OMIC, Fabricio De Arriba Arévalo, se comunicó para avisarme que, además, Personal ofrecía una compensación de 50 pesos de crédito por las molestias.

Para rematarla, a la tarde volvieron a llamarme desde el teléfono cordobés. Esta vez fue una chica: dijo que ya habían hecho el trámite, pero que no tenía idea sobre los 50 pesos...

En fin. Veremos qué pasa. Mientras tanto, me alegra haber conseguido respuestas sin hacer colas ni llenar formularios: apenas usé los dedos para teclear unos tuiteos.

Parece que la denuncia 2.0 vale la pena.