viernes, 30 de mayo de 2008

320. Albergue transitorio


El amigo mostro y colega Maxi Allica parte este domingo hacia Europa (pasará un mes en Francia becado por el Rotary y otro recorriendo distintas ciudades en compañía) y me dejó al cuidado de su departamento. Ejem.

Desde ese piso once en el centro bahiense, la ciudad se ve así:



Ni bola a las nubes: a mí me viene bárbaro para darle un poco de alojamiento a la soledad.

miércoles, 28 de mayo de 2008

319. SMS Nº 68


Después de un año cambié la cabecera, como pueden apreciar. Así que ahora preside estas palabrejas una imagen de Bahía Blanca desde el balcón del Buda. Por supuesto, blancoynegricé la foto. En primer plano están las desubicadas palmeras de la plaza Payró y el glamoroso Teatro Municipal. A mí me gusta, qué tanto. A ver si tengo que andar dando explicaciones, ¿eh? Ah.

martes, 27 de mayo de 2008

318. Hay que ser payaso, ¿eh?


Mientras dormía vi que alguien me miraba fijo. Juro que lo vi.

Por eso esta mañana me desperté tipo 9:30, un horario que para mí es la madrugada: siempre a la noche cuelgo pensando alguna pavada o escribiendo otra o leyendo (estoy con la biografía de Jim Morrison por el periodista Stephen Davis; se subtitula "Vida, muerte, leyenda" y hasta ahora va bien-bien). Rara vez me duermo antes de las 3 o 4.

Bueno, yo sentí una mirada mientras dormía.

Resulta que hasta que me consiga techo propio estoy parando en lo de mi abuela -ya saben: La Tipa-, entonces supuse que ella había entrado a buscar algo y de golpe se quedó pensando cómo el bebé hermoso que yo fui, pudo haber degenerado en ese rinoceronte pelado y roncador.

Mentira: apenas sentí aquella mirada también sentí alteración. Diría "cagazo", si no quedara tan mal. Habráse visto, pedazo de grandulón, 33 años de boludo, encima pelado y roncador, paniqueando por una pesadillita.

Es que seguro hay un toco de cosas más perturbadoras, pero que alguien te mire mientras dormís... por más que sea la abuelita más tierna del mundo... Decime si no.

Me incorporé de la cama en una abdominal rápida y furiosa, preparado para hacerle frente al mismísimo demonio o, mejor, para salir corriendo y pedirle a La Tipa que sacara al cuco de mi pieza.

Fue entonces cuando lo vi. Y no voy a decir que grité. Pero.


¿No se ve? A ver...


En serio, fijate bien...


Hijo de puta. Payaso hijo de mil putas. No puede ser tan aterrador. Y te mira de costado, el hijo de puta, con esa sonrisa que dice Te clavo 12.000 cuchillazos en este instante.

O sea, no vi ni una de las películas de Chucky, el muñeco diabólico, y sin embargo entiendo perfectamente de dónde salió la historia y lo que le pasó a Don Mancini por el cerebro cuando la escribió.

Y preguntado sea de paso, ¿no?, ¿a quién carajo se le ocurre colgar un payaso en el ropero? Peor: ¿a quién carajo se le ocurre colgar la cabeza aterradora de un payaso hijo de puta en el ropero?

-Ay, nene, a mí siempre me gustó el payasito. Es tierno -me dijo La Tipa.

lunes, 26 de mayo de 2008

317. Del palo. Stop


Una de las actividades periodísticas que más disfruto es viajar para cubrir básquetbol. Me saca unos días de la redacción, me desenchufa, me devuelve a mis orígenes como cronista deportivo, me da la oportunidad de descubrir (perdón, querido TC) otras voces, otros ámbitos.

Hace dos años, en abril de 2006, me tocó ir a Paraná para seguir la serie de octavos de final del Torneo Nacional de Ascenso entre Echagüe y Estudiantes.

Ahí conocí -entre otra gente, como La Gurisa- a Julián Stoppello: un tipo que largó la práctica del básquetbol para dedicarse a escribirlo en El Diario; un tipo con un agujero en el estómago por amar nerviosamente esta profesión, y ciertos excesos. Un tipo del palo, bah.

Lo más interesante de encontrarse con un tipo del palo es la celebración de ese encuentro, que no se verbaliza pero sí se expresa y se extiende imprudentemente -en todo sentido- hasta que empiezan a operar las siluetas difusas y entonces algunas viñetas se olvidan y otras se van transformando en relatos épicos, e improbables.

Esos días de sintonía en todos los verdes dejaron un puente de afinidad resacosa y a los pocos meses se vino a Bahía en una visita que incluyó laburo, porque Julián, que ya había publicado Perro preso y otros cuentos de fútbol (Tráfico de Arte, 2003), andaba recolectando merca para su segundo libro: una biografía del basquetbolista paranaense Aníbal Sánchez, quien formaba parte del plantel liguero de Olimpo cuando se mató en un accidente automovilístico el 3 de enero de 1990.

La cuestión es que hoy me llegó el texto: se llama El diez entrerriano, lo editó nuevamente Tráfico de Arte y tiene 150 páginas, fotos y documentos inéditos y un prólogo elogioso del legendario periodista Osvaldo Raúl Orcasitas (ORO).


Acabo de devorarme el capítulo cuatro, que recrea el paso de Sánchez (también el de Julián) por Bahía Blanca. Comparto un parrafito:

"Ya no son las victorias, ni las canchas repletas, ni una competencia local de gran nivel lo que distingue a la ciudad especialmente sobre otras. Para apreciar el valor del vínculo amoroso entre Bahía y el básquet hay que recorrer la Liga y el mundo subrayando sus frutos, percibir el murmullo de la historia en la cancha donde la 14 de Beto Cabrera tiene su lugar de privilegio o simplemente hablar de básquet en un lugar donde la mayoría practica ese idioma como segunda lengua".

Julián tiene la amabilidad de mencionarme en esas páginas y en los agradecimientos: pero faltaba más, che, fue un placer, graciavó, salute, felicidades, que vengan más hijos como Malena y los libros, abrazo grande.

viernes, 23 de mayo de 2008

316. Representaciones y ficciones


"Cuando voy a una charla con estudiantes de periodismo suelo llevar una copia de ese cuadro de Magritte, en el que hay una pipa dibujada con un texto que dice: Esto no es una pipa. Es un cuadro muy sorprendente, porque el texto niega tu experiencia. Pero en una segunda lectura, te das cuenta de que es verdad, porque se trata de una representación de una pipa. Entonces, los periódicos deberían poner un texto que dijera: Esto no es la realidad. Es una representación de la realidad. Porque, ¡claro!, muchas veces la gente entiende que lo que lee es la realidad literalmente. Yo recuerdo que, en mi familia, las discusiones se zanjaban cuando alguien decía: Ha salido en el periódico. Eso era fundamental. En la medida en que hay una representación, en ese proceso pasa una infinidad de cosas que la convierten en otra cosa."

(Juan José Millás)



"El periodismo es simple ficción. No trabaja con la realidad. Por ejemplo, tomemos la batalla de Lepanto, cuando la liga papal gana a los turcos. Pío V tardó dos meses en enterarse y Felipe II, dos meses más. Para cuando se enteró el que tenía que saberlo, ya habían ganado los turcos. Eso me pasa a mí, cada día, cuando compro el periódico. Tengo la costumbre, porque mi generación está infectada de olor a tinta de periódico, de comprarlo en una gasolinera. Pero antes de hacerlo, ya he entrado en uno de estos puntocom, que puede ser El País, y eso hace que lo que voy a comprar sea obsoleto. El puntocom te dice que han liberado al cónsul secuestrado anteayer. Y en el periódico que compro, el tipo todavía sigue secuestrado. Entonces, ese periódico que compro es ficción, es literatura. Es exactamente la batalla de Lepanto, en los 700 metros hasta la gasolinera."

(Manuel Vicent)




Extractos del delicioso diálogo entre los dos columnistas/escritores españoles, en la última edición del suplemento "adnCULTURA" del diario La Nación.

jueves, 22 de mayo de 2008

315. Damas y caballeros, he llegado


Hace una semana me entrevistó Lorenzo Natali para su programa De shopping (la nota saldrá, se supone, este sábado de 13 a 14 por Canal 9), esta mañana pasé por el estudio central de LU2 para conversar con Héctor Gay y el Negro Santiago, a la tarde participé del programa A la cancha que mis compañeros Campera Rodríguez y Mini Lema conducen en La Red y los muchachos del Sindicato de Prensa me invitaron a dar una charla.

Después de casi 17 años de carrera, podría decir que empiezo a sentirme realizado como periodista. Podría.






[Nota para no-bahienses: LU2 es la radio líder en la ciudad y la zona, y pertenece al Grupo La Nueva Provincia. Lorenzo Natali es un tipo piola si los hay, "animador-locutor-ídolo de las amas de casa" desde hace como 30 años. El Negro Rafael Emilio Santiago es un periodista mucho más que deportivo con casi medio siglo de trayectoria: un legendario encantador de serpientes cuyas palabras, para muchos -entre ellos mi amigo el Buda-, son bíblicas. Héctor Gay es el jefe del Servicio Informativo de LU2 y atesora toneladas de prestigio social. El Campera Fabián Rodríguez, genuinamente apasionado por el fútbol, es un toro laburante -me cuesta pensar en otro colega al que haya visto trabajar tanto- y el Mini Cristian Lema es uno de los últimos chicos que entró en la redacción del diario; ambos trabajan en la sección Deportes.]

martes, 20 de mayo de 2008

314. Ni un pelo de...


Apenas volví al país hice todo lo que había dicho que haría: me comí un asadazo en la terracita de un restorán de Palermo con Pablo, Luciana y Andrés, después fui a la cancha de River a gritar por la camiseta al lado de Fabián y Fernando y cuando terminó el partido aparecí por avenida Santa Fe al 2.000, crucé las puertas de vidrio y le dije a Víctor "Dale, acá me tenés, prendé la maquinita y metele", y él se repuso de la sorpresa ochomesina y riéndose le metió.



Víctor me cortó el pelo ininterrumpidamente desde el 96, cuando me instalé en Baires. Él vio cómo se me empezaron a caer plumas en la azotea durante aquel sótano de crisis insoportable en 2001-02. Y con el paso del tiempo, el tipo, un entendido (por peluquero y también por pelado), me avisó que las entradas no tenían vuelta atrás. Incluso en los últimos tres-cuatro años se le había dado por chicanearme bosteramente: "Sos gallina y no te dan los huevos para raparte".

Así fue que antes de irme a Europa le tiré: "El día que vuelva paso y me pasás la maquinita".

Mientras estuve fuera de la Argentina soporté un par de tentaciones por sincerar -la lejanía te da un extraño coraje resolutivo-, y todo para que Víctor reconociera que soy de palabra.

-Como hace rato que venías amagando, pensé que nunca te ibas a animar -me dijo aquel domingo-. Pero era hora. Ahora, puta madre, perdí un cliente...

Y yo gané: cargadas, miradas de asombro, un reproche de La Tipa ("¿Qué hiciste, nene?"), un par de Pero te queda bien esencialmente lastimosos (el pero que inicia la frase lo denuncia...); también gané un acto simbólico de desprendimiento cuando le di los potes de gel a Andresito, la oportunidad de disfrutar a pleno de un viento bahiense que ya no me puede desnudar, un frío cojonudo ahí arriba, duchas más cortas y menos plomas, las clases del experimentado Buda, un gasto extra para agenciarme una maquinita, y gané parecer la edad que tengo, de una vez.

Pasaron diez días y de a poco me voy acostumbrando a esta ausencia.

A veces, cuando me levanto temprano y estoy boleado, me cuesta registrar al dolape del espejo. Y me toco demasiado la bocha: será una forma de melancolía pasajera, pienso.

lunes, 19 de mayo de 2008

313. Levar anclas


"Honestamente, no creo que el periodismo muera. A menos que por morir queramos decir que desaparezca la hoja impresa, lo cual podría ser. La semana pasada, el principal diario de Winsconsin dejó de imprimir sus noticias en papel, se transformó en un diario puramente on line. De todas formas, sigue siendo periodismo y requiere ser leído. El verdadero problema es cómo generar las noticias. No sé acá, pero en los Estados Unidos, en la televisión, el noventa y cinco por ciento de las noticias se toman de los diarios, que son los que buscan la información. Entonces, a medida que se reduce la cantidad de diarios, como sucede actualmente, se cubre una menor cantidad de noticias. Como resultado, hoy en día hay menos noticias que cuando empecé a trabajar como reportero local, en 1956. Además, las noticias por televisión tienen una jerarquía de estatus invertido. En los periódicos se empieza como investigador, una criatura solitaria que ni siquiera se denomina cronista. Una vez que a alguien lo ascienden, su ambición es no tener que salir jamás del edificio donde se encuentra la redacción. Y, si es realmente bueno, llegará a un punto en el que no tiene que investigar, ni escribir, ni pensar. Los llamamos “personas-ancla”: reemplazan a una maquinaria que convertía las palabras escritas por un periodista en palabra impresa, en una tipología que el público masivo pudiera leer. Lo que nos preguntamos es: ¿de dónde van a provenir las noticias? Ya hay cronistas que creen que cada conocimiento que vale la pena adquirir se lo puede encontrar en Internet."


Tom Wolfe, escritor y periodista norteamericano, en una entrevista publicada ayer en el diario Perfil.

viernes, 16 de mayo de 2008

312. SMS Nº 67


E
ste es uno de esos momentos en los que me gustaría ser un sobreviviente del vuelo 815 de Oceanic Airlines.

miércoles, 14 de mayo de 2008

311. Cómo tirás y como tiras

Para vos, que lo pediste

Sabía cómo sabrías cuando mis labios (por fin) te atraparan de nuevo: en ocho meses jamás pude olvidarte, ni siquiera cuando en Europa probé otras que parecían más atractivas que vos y olían bastante bien.

Sabía también que no te importaría que te clavara mis dientes hasta el hueso, a lo cavernícola, desesperado: sabés cuánto me gusta degustarte después, despacito, y perderme en vos sin darle bolilla al resto del mundo, un mundo que para mí se para y ya no existe.

Caliente como estabas el domingo, me diste lo mejor de vos, todo, me diste el placer extremo que tanto extrañaba: me habría encantado que escucharas mis gemidos pudorosos.

Desde el pozo ciego del alma te digo que me costó demasiado vivir sin vos, adorable tira de asado.

martes, 13 de mayo de 2008

310. Caída


L
o primero que hice al empezar estas líneas fue teclear un paréntesis de apertura seguido de la palabra Desde tal como hice durante los últimos ocho meses. Pero en ese momento, antes de agregar el lugar donde estoy, me dije, La puta, no, este blog es originalmente bahiense, estoy en Bahía, volví.

Quería escribir que todavía no caía. Ahora tengo que pensar en otra cosa.

Ya va.

sábado, 10 de mayo de 2008

309. El Otro Yo / Volver

(Desde Londres)

[Escribo esto un rato antes
de tomar el tren a Heathrow,
desde el departamento de Nico y Sophie.
Chicos: el departamento es hermoso,
pero sin ustedes el pobre pasa frío...
aunque esté repleto de juguetes de Lucas.
Gracias por todo. Los voy a extrañar.]

Demetrio le dice a Helena:

-¿Acaso te incito? ¿Acaso te adulo? Más bien, ¿no te digo con toda franqueza que ni te quiero ni podré quererte?

-Y yo te quiero más por decir eso -responde Helena-. Soy tu perrita: Demetrio, cuanto más me pegues, yo seré más zalamera. Tratame como tal: dame golpes, patadas; desatendeme, abandoname, pero, indigna como soy, dejame que te siga. ¿Qué peor lugar tendría yo en tu afecto (aun siendo para mí un puesto de honor) que ser tratada como vos tratás a un perro?

Miramos con Andrés esa escena de la obra Sueño de una noche de verano, de Shakespeare, interpretada por la Royal Shakespeare Company, en el teatro Courtyard de Stratford-upon-Avon, con un vaso de exquisita ale en la mano: así fue la última noche de la exuberante experiencia europea.


Me preguntaba hace un par de días si era otro después de esta experiencia. "¿Soy otro?", me preguntaba, en serio. Juro que no sonaba taaaan estúpido.

No: soy el mismo.

No soy el mismo.

No sé.

Sí sé que vine a buscar unas respuestas y alguna encontré y sin embargo me llevo toneladas de nuevas preguntas. Siempre me pasa.

Acá tengo un certificado de la Universidad de Oxford muy lindo (el escudo es muy lindo: me encanta el libro abierto donde se ruega divina iluminación); me gustaría creer que soy mejor periodista del que era, algo que no debería ser demasiado complicado.


El Otro Yo me avisa que sucumbí ante el cliché, que quiero parecer inteligente y me paso de pelotudo, que en realidad después de casi ocho meses echo de menos a mi gente y necesito volver y que a la vez podría quedarme sin tanta historia; El Otro Yo me dice que no me engañe porque no da.

Y El Otro Yo tiene razón. En todo.

308. Yo no (aclaración)

(Desde Londres)


Ojo, el diario digital Minuto Uno me incluyó en una nota sobre los embroncados hinchas de River después del papelón del jueves, pero yo no me puedo empardar ni con Papipo, ni con Fabregat, ni con El criador de gorilas: yo no rompo el carné (de hecho, esta semana con insoportable dolor pagué la cuota anual vía El Papá de Felipe), yo no voy a dejar de alentar, yo no renuncio porque amo esa camiseta.

Y mañana, decepcionado y todo, voy a dejar de nuevo mi voz en la Almirante Brown baja.

307. Dear Snoring Cat

(Desde Londres)


I thank you!

jueves, 8 de mayo de 2008

306. A Perantuono

(Desde Oxford)
Amigo, todo lo mejor para vos. Aunque a decir verdad, qué hachedepé terminaste siendo...

Abrazo grande y nos vemos el domingo.

305. SMS N° 66

(Desde Oxford)


Son una banda 100% lamentable. Tienen menos sangre que la carne halal. Hagan un paseo por el carajo.

martes, 6 de mayo de 2008

304. SMS N° 65

(Desde Londres)

[El Parlamento y el Gran Ben desde el ojazo londinense, en una tarde de mucho sol: ideal para pubear a lo pavo.]




Elevados.


domingo, 4 de mayo de 2008

303. I see dead people

(Desde París)


Me fumé un Gauloise con monsieur Cortázar (gracias por La Maga, gracias por la magia), le di un beso a Baudelaire y le dije a Sartre que no se preocupara: que todo es mucho peor de lo que pensaba.




[Esta tarde, en el cementerio de Montparnasse,
mientras Andrés le echaba un vistazo

302. SMS N° 64

(Desde París)



Supermotivados.







jueves, 1 de mayo de 2008

301. Oui

(Desde Monte Carlo)


Pesadilleando
(con vos)
bajo el sol cuchillo de la Costa Azul francesa y una redentora brisa mediterránea;

buceando
el agua cristal y la profundidad lastimosa, oscurísima
(y estabas pero no);

salando
el tajo quirúrgico sin fecha de vencimiento
(tuyo)
con una cerveza en un bar estupefacto de Monte Carlo;

festejando
o algo así, así
(no temerías, no te me rías)
el día del que trabajajajajajaja.









[Y si se te ocurre venir por más, desaprensivo tiburón blanco que ya te desayunaste mis entrañas, vos dale, acá te espero, sangrando: por favor que nadie me despierte. Merci.]