sábado, 30 de octubre de 2010

727. Ojo que está de moda sufrir un ACV


E
s sábado. Es mediodía.

Hay lluvia y hay sensación térmica de tres grados bajo cero en Bahía Blanca.

Leí y escuché y vi mucho sobre la muerte del ex presidente Néstor Kirchner.

Entre lo que puse acá apenas me enteré, lo que metió el escritor Mempo Giardinelli en Página/12 y lo que escribió @dieguez_ en su blog, me sentí expresado.

Pero fue imposible no seguir leyendo y escuchando y viendo.

Y ahora me harté. Me harté de la enorme cantidad de tipos a los que leí y escuché y vi diciendo que llovía porque el cielo lloraba a Kirchner.

Argentinos y argentinas: por favor...

Incluso tolero buenamente que digan que los días soleados son "peronistas", pero no me jodan con lluvia=lágrimas del cielo.

Me conmueve tanto dolor aunque todo tiene un límite. Ya basta, argentinos y argentinas.

Si insisten les va a dar un ACV: ataque del cliché vergonzoso. Más respeto, carajo.

miércoles, 27 de octubre de 2010

726. Tener valor


M
e enteré de la peor manera: estaba durmiendo.

-Se murió Kirchner y acá no anda nada -me dijo el Boya por teléfono.

-¡¿QUÉ?!

-Sí, se cayó la página. Para variar.

-¡¿EN SERIO SE MURIÓ?!

-¡Sí, boludo!

-Nah... Me estás jodiendo.

-¡Pero no!


"Perón o."


Quedé tumbado en la cama. Mirando el techo. En shock. Como si fuera peronista, como si fuera kirchnerista. Agarré el celular y entré en mi Twitter.

Vi que se había muerto, nomás.

Dije: Nah...

Dije: Todavía es muy temprano para el humor negro, no jodan.

-Cruel ironía: Kirchner no va a estar en el censo K -dijo Fodor.

Dije: Y se murió antes que Menem.

Dije: No somos nada.

Dije: Al primer bloguero y/o tuitero K que "festeje" que Néstor Kirchner es trending topic habría que llenarle la cara de dedos.

-Hay muchos festejando la muerte, así que lo del Trending Topic es mínimo en comparación... -me dijo The Daily DG.

-Agradezco a los que festejan la muerte de cualquiera. Me hacen apreciar más a mis amigos, que son buena gente -dijo Mendieta.

Dije: Hay mucha miseria. Los enemigos terminan peronizándole la muerte, fijate vos.


Dije varias cosas, pero ahora necesito decir esto:

-No lo detesté; no lo quise: lo valoro.

lunes, 25 de octubre de 2010

725. Las patas en las fuentes


S
i te interesa el periodismo, preparate: ya viene el quinto congreso internacional del Foro de Periodismo Argentino (Fopea).

Se hará del 4 al 6 de noviembre próximo en la Universidad de Palermo, con el título "Volver a las fuentes: cómo narrar historias a las audiencias del siglo XXI".

Estarán, entre otros:

-el presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Barcia;

-el escritor, periodista y ex vicepresidente nicaragüense Sergio Ramírez;

-el consultor brasileño y ex director de O Estado de San Pablo, Marco Chiaretti;

-el editor tecnológico del New York Times Brian Hamman;

-el desarrollador digital inglés Alex Wood, y

-la especialista en nuevos medios y profesora de la Universidad de Minnesota Nora Paul, a quien tuve el placer de conocer en St. Paul y a quien tendré el honor de presentar en el congreso.





[Estás a tiempo de anotarte:
socios de Fopea, $ 60;
estudiantes, $ 80 y
resto del mundo, $ 120.
]

lunes, 18 de octubre de 2010

723. Cenizas voladoras: tributo a Harry W. Morgan


E
l republicano está a mi izquierda y el demócrata a mi derecha, y pienso que debería ser al revés.

Uno es morocho y el otro, rubio. Uno usa corbata y el otro, moño. Uno habla mucho y el otro, poco.

Pero son hermanos. Y además los dos son atildados, millonarios, afables. Hace un rato hicieron que nos trataran como reyes tomando cocteles en el Harvard Club de Nueva York y ahora nos invitaron a cenar en el caro, cultural e histórico Algonquin Hotel de la calle 44.

Estamos en la famosa Mesa Redonda donde a Harold Ross se le ocurrió crear la revista The New Yorker. Charlamos sobre el padre del demócrata y el republicano: que fue un gran personaje, por cierto. El demócrata y el republicano cuentan que los restos de su padre andan esparciéndose por el mundo.

-¿Les interesaría llevarse un frasco con cenizas? -nos preguntan el demócrata y el republicano.


Harry W. Morgan -el papá del demócrata Kip y el republicano Harry junior- fundó el World Press Institute en 1961 con la idea de que un grupo selecto de periodistas de distintas partes del globo pudiera pasar unos meses en los Estados Unidos y así entender más sobre la profesión y el país.

Antes de morir en 2007 vio cómo más de 500 reporteros de 100 naciones se hacían mejores luego de completar el programa: "Ustedes pueden hacer una diferencia en sus vidas y en las vidas de los demás", solía decir.

El homenaje -estrafalario como él- es que quienes tuvimos la oportunidad de hacer la experiencia WPI tiremos sus cenizas en nuestros lugares de origen.


De: AEZ.
A: WPI.

Mi ciudad, Bahía Blanca, es bastante ventosa. Y el viento a veces cambia de dirección -como un baile furioso.

Aunque fue duro volver al trabajo, tenía la cuestión de las cenizas en mi cabeza y entonces esta mañana agarré el frasco y fui al puerto, lo abrí y dejé que las cenizas volaran. El viento bailó y parte de las cenizas aterrizaron en mi cabeza. Ahora necesito sacármelas: necesito escribir algo sobre Harry W. Morgan.

miércoles, 13 de octubre de 2010

722. Ya pasó


Y
a llegué a Ezeiza, me fue a buscar Pablo, nos pusimos más o menos al día, morfamos asado.

Ya tomé una cerveza con mi hermana Giselle.

Ya Buenos Aires me dio una despedida divina.

Ya Bahía me recibió con el cliché de su viento entrañable.

Ya conversé con La Tipa y comí uno de sus bifes.

Ya estoy en el diario, trabajando: pero qué alegría, che.

lunes, 11 de octubre de 2010

721. A lot of thanks

(Desde Minneapolis)


Bueno, game over: en un ratito embarco para Atlanta y de ahí, derecho a Buenos Aires.

El programa del World Press Institute me entregó un tocazo de grandes experiencias, tanto en lo profesional como en lo personal. Y por eso me toca ahora dar las gracias:

-al grupo del WPI, encabezado por el director ejecutivo David McDonald, y la Universidad de St. Thomas;

-a los nueve colegas y compañeros: la finlandesa Annika, la china Ying, la turca Senay, la india Anshika, la nigeriana Modupe, la egipcia Hanan, el macedonio Darko, el afgano Lotfullah y el húngaro Attila;

-a los amigos John Kelly, Jim Rowe y el Cabezón Bogado: un gusto verlos de nuevo en Washington DC;

-a mis familias adoptivas de las muy hospitalarias Ciudades Mellizas (Toni y Larry; Terry y Susan) más otra muy buena gente como Frank, Duchesne, Andy, Matt, Doug, Denise, Nora, Sandra, Vicky, Laura, Alejandra;

-a todos los personajes con los que me crucé en la noche norteamericana;

-y a los que me dieron la oportunidad de hacer todo lo que hice acá durante los últimos e inolvidables dos meses.

viernes, 8 de octubre de 2010

720. Preparé, apunté, tiré y pegué

(Desde St. Paul)


-Bienvenido a los Estados Unidos -me dice Matt ahora que ya hice algo muy estadounidense: vaciar el cargador de una 9 milímetros.


Conocí a Matt como se conocen los pliegues distintos de un lugar: de noche, en un bar, escabiando.

Fue en el "Blue Door" de St. Paul, antes de la gira que hicimos los periodistas del World Press Institute por San Francisco, Boston, Nueva York, Washington, Miami y Chicago. La conversación surgió porque en la TV pasaban un partido de fútbol americano y yo trataba de entender algo por enésima vez.

Matt y su amigo Andy me repasaron lo básico pero pronto pasamos a quién era cada uno de nosotros, mientras desfilaban las pintas de la riquísima y local Surly Furious. Así me enteré, entre varias cosas, de que a los dos les gusta practicar tiro sin ser unos jodidos rednecks republicanos de manual.

-¿Puedo acompañarlos un día de estos? -dije.

-Seguro, por qué no -dijo Andy-. Avisame cuando vuelvas de tu viaje y arreglamos.


El papel cuelga a siete metros de donde estoy parado con las piernas abiertas. Lo miro fijamente. Obsesivamente. Miro sus siete círculos concéntricos: los dos blancos más lejanos, los cuatro negros y el rojo chiquito desafiante. El efecto es hipnótico, sobre todo porque me olvido de respirar mientras mantengo los brazos estirados, tensionados, y cierro el ojo derecho para que el izquierdo vea alineadas las tres referencias de la mira. Entonces deslizo el dedo índice y aprieto el gatillo de la 9 milímetros Springfield Armory XD, aprieto una, dos, tres veces, cada estallido me aturde y me sacude, de la punta sale humo, huelo la adrenalina, siento un extraño alivio, una extraña sensación de poder, transpiro, tengo que respirar, tiemblo, tiro y tiro, los cartuchos saltan, en mi cabeza se cuela Break on through, me gustaría tener pañales.


La primera ronda de mi vida constó de doce balas. Todas dieron en el blanco. Once se incrustaron en la parte negra: hice un tiro de siete puntos, dos de ocho, cuatro de nueve, cuatro de diez. El último, redondito, reventó en el centro rojo chiquito desafiante: bullseye!



Hice dos rondas más con la 9mm de Matt e increíblemente siempre metí bullseye. Y no era fácil, eh: los chicos van seguido al polígono y no lo hicieron... Ahora, con la Norico .45 de Andy no hubo caso: el toro sobrador me guiñó el ojo una y otra vez.

Coronándola, los tres mandamos al "Blue Door" para unas hamburguesas, el partido de béisbol Twins-Yanquees y, of course, más y más furiosas maleducadas. Fue un día extraordinario, muy estadounidense: otra de las tantas cosas que me pasaron en este país y jamás olvidaré.

Thanks guys!

miércoles, 6 de octubre de 2010

719. Me llevo inspiración (suena bien)

(Desde St. Paul)


La última pregunta de la audiencia en el foro público que los 10 periodistas del World Press Institute protagonizamos anoche en la Universidad de St. Thomas fue: "¿Qué se llevan a sus casas?".

Cuando me tocó el turno de responder, mis compañeros ya habían hecho el chiste de la ropa que se compraron, el del peso en las valijas, el de la montaña de anécdotas y hasta el de la buena impresión de los Estados Unidos. (Mis compañeros son extremadamente graciosos.) Entonces dije:

-No soy muy materialista. Principalmente porque soy un pobre periodista que no tiene un mango. Aunque sí me compré un par de buenas remeras (como la que dice "Not tonight, darling... I'm on deadline"), me hago el bohemio grasa y les digo que lo más importante que me llevo es comida para el alma. Me refiero a cierta inspiración. Sobre todo en lo profesional, después de conocer tanto colega que la rema con pasión en estos tiempos turbulentos. Pero también en lo personal, después de toparme con tipos de más de 70 años como Buddy Guy, Eddie Shaw y Dave Karr que se inundan de música para que la vida suene menos miserable. Cuando vuelva a casa tengo que agarrar el saxo otra vez, urgente. Muchas gracias.

sábado, 2 de octubre de 2010

718. Cinco cosas que me pasaron en Chicago y jamás olvidaré

(Desde Chicago)


1)
Asimilar la impactante belleza ecléctica de la Rosario yanqui pasada por agua: tanto desde el lago Michigan...



... como desde el río Chicago.



2)
Apreciar la fabulosa colección de imágenes del francés Henri Cartier-Bresson (el gran mestro del fotoperiodismo) en una exhibición especial del Art Institute, el tercer museo más visitado en los Estados Unidos.

[Retrato de Jean-Paul Kirchner Sartre (1946).]


3)
Salir a la terraza del loft suburbano donde se hace la fiesta y tomar un Cabernet Sauvignon y fumar un Parliament escuchando el tren que pasa allá abajo y mirando allá lejos el horizonte urbano ahora nocturno.


4)
Peregrinar hacia el estadio United Center de los Chicago Bulls: el Olimpo del dios basquetbolístico Michael Air Jordan.



5)
Saborear el blues local en dos tajadas demasiado ricas:

a)
El mismo día que llegamos organicé todo para vivir un poco el club de Chicago: "Buddy Guy's Legends". Lo abrió en 1989 el genial guitarrista del que aprendieron (entre otros) Eric Clapton, Jimi Hendrix y Stevie Ray Vaughan: a ver si me entendés.

Justo esa noche tocaba Marty Sammon, el tecladista de Buddy. Me acompañaron la nigeriana Modupe, el afgano Lotfullah y el macedonio Darko.

Iba todo más o menos bien: blues correctísimo, turístico. Aunque en un lugar sin humo de cigarrillo, sin olor a pis y/o vómito y/o alcohol derramado, sin gente bailando; con aire acondicionado, con cámaras de seguridad, con jabón automático en el baño, y músicos tomando agua mineral. Un poquito triste, el blues.

En fin. Decía que iba todo más o menos bien... hasta que se hizo inolvidable: de pronto, sin presentación, apareció en el escenario el mismísimo Buddy Guy, leyenda viva, y se puso a improvisar con sus 74 años y una copa de coñac en la mano.

[Foto: Lotfullah, AKA Mi Amigo.
Dato innecesario de color: en la audiencia estaban
el filósofo argentino Tomás Abraham y su mujer.]



b)
La última noche, el viernes, después de la fiesta en el loft unos cuantos mandamos al "Kingston Mines", supuestamente "el club de blues real más antiguo de la ciudad".

Y nos tocó el privilegio de escuchar en vivo al gran Eddie Shaw, a los 73 años, metiéndole terciopelo y fuego a su saxo tenor; otro que me dijo abuelísticamente: "Metele, nene, volvé a tocar". Y yo necesito mi mojo: ya va, dale que va.

[Foto: Anshika, AKA The Maharishi.
Dato innecesario de color: en la banda de Eddie,
llamada Wolf Gang, su hijo toca la guitarra triple.]