domingo, 30 de marzo de 2008

283. La cerveza me transformó en un barrabrava acuático

(Desde Oxford)


Puta, es mi último fin de semana en Oxford. El que viene me voy a Belfast, y después tengo que volver acá para defender el paper final pero será algún día de lunes a viernes.

Al menos lo hice rendir: para bajar la quemazón de cabeza decidí inyectarle alta dosis de inconciencia y visité la maltería donde hacen la más rica cerveza, la que me conquistó, la Old Hooky (o "Viejos novillos").

La empresa se llama Hook Norton Brewery Company Limited. La fundó en 1849 un tal John Harris y es una de las pocas que sigue en manos familiares: actualmente la dirige el tataranieto, un tipo alto y con espeluznante voz de pito. Además, es la única del Reino Unido que todavía produce con una máquina a vapor y su edificio con la torre victoriana representa una joyita arquitectónica.

Queda en el condado de Oxfordshire, a sólo 50 kilómetros al norte de Oxford. Sin embargo, para llegar tuve que tomarme un bondi de una hora a Chipping Norton y ahí esperar bajo la lluvia otro de 20 minutos.

[Dato E! Entertainment: en Chipping Norton nació el actor Wentworth Miller, AKA Michael Scofield en la serie Prison Break.]


Lo bueno de Hook Norton es que se trata de un pueblito típico inglés de unos 2.000 habitantes sin demasiada contaminación moderna, con una iglesia anglicana preciosa (la St. Peter's: adentro, una viejita que regaba las plantas me preguntó si yo era el que se casaba el próximo martes...)


y un pub de campo donde te suministran habitación, cervezas regionales, los diarios, hogar a leña y un plato de jamón, huevo revuelto y papas fritas SU-PRE-MO.


Lo genial de Hook Norton -está claro, ¿no?- es la cervecera. Y el museo que tiene, sí. Y el negocio, sí. (Me agencié 12 botellitas y un par de remeras.) Y la barra donde te sirven muestras gratis de las distintas variedades, sí, ¡sí!



Me mareé de tantas vueltas que dio el micro para regresar a Chipping Norton y tuve que parar a descansar. Entonces me fui a un pub.

Daban Manchester United-Aston Villa, pero justo me acordé de que ayer se producía uno de los acontecimientos deportivos más importantes de cada año en Inglaterra desde 1829: la carrera de botes entre las universidades de Oxford y Cambridge (The Boat Race). O sea, una de las formas del River-Boca académico. Hasta ayer, el historial estaba 79 a 73 a favor de The Other Place.

Dicen que unas 250.000 personas siguen el desarrollo desde las márgenes del Támesis y alrededor de nueve millones desde la tele.

El recorrido es río arriba por casi siete kilómetros. Ocho remeros musculosos y un timonel peso pluma por cada lado (todos estudiantes) se preparan meses y meses para mojarles la oreja a Los Otros en esos 20 minutos, más o menos, donde se juega el orgullo infinito.

Qué sé yo, me pareció interesante ahora que estoy acá. Y me prendí al grito de Come on, Oxford! como un gil; como una cheerleader... Pero ganamos, fácil: te la dimos, Cambridge, puto, y encima después te afanamos los trapos y corriste porque sos cagón.

viernes, 28 de marzo de 2008

282. Estar de la cabeza

(Desde Oxford)


Estoy...

Estoy encerrado.

Y entre las 10.000 palabras del paper final (las muy cómodas se resisten a abandonar la calidez inerte de mi cerebro: tengo apenas -a duras penas- un 20% y me queda una semana para la entrega) y lo que pasa en el país, ese déjà vu desagradable, un espectáculo ridículo que huele pálculo, estoy...


... que me agarro la cabeza, mirá.



[El coso de la foto es una de las piezas que se exhiben
en la "sala de los tesoros" -sic- del Ashmolean de Oxford,
el primer museo universitario del mundo:
abrió sus puertas en 1683.]


jueves, 27 de marzo de 2008

281. REPlay

(Desde Oxford)


Un minuto antes de cruzarme con la tira de Rep en Página/12 de hoy le mandé un correo electrónico a Pablo para ver cómo anda, esas cosas. Como atravesamos vino a vino el no-país de 2001/02 en Buenos Aires, le escribí: "No puedo creer lo de las cacerolas. ¿Tan mal está todo? Qué flashback siniestro...".

miércoles, 26 de marzo de 2008

280. SMS N° 56

(Desde Oxford)


Juro que me duele lo que vengo leyendo, viendo y escuchando sobre el país en los últimos meses. Enterarme de que anoche sonaron las cacerolas de nuevo me deprimió tanto como repasar el discurso de la presidenta (pucha, y eso que le pedí por favor que no fuera conchuda...). No conozco en profundidad el conflicto con el campo, que no es el campo: hay muchos campos en la Argentina: hay campos, campos y campos, y sí me animo a sostener que la mayoría de esos campos no se beneficia tanto con el dólar alto y el resto del modelito, y en cambio queda partido al medio con el esquema de retenciones. Si insistimos con dividir la cosa entre los malísimos oliGARCAS y los buenitos del pueblo desunido que siempre será vencido, es que no aprendimos nada de nada. Quiero comer un regio asado cuando vuelva. Lo digo con dolor de estómago. Lo juro.

martes, 25 de marzo de 2008

279. De raíces comunistas

(Desde Oxford)

El Jardín Botánico de la Universidad de Oxford, establecido en 1621, es el tercero más antiguo del mundo y tiene más de 8.000 especies.

-Aaaaaahhh, mirá vos, y a mí qué, ¿no?

-Bueno, la verdad es que a mí nada, porque:

1) suelen tallar (¡cuac!) nefastos colores. Y yo sólo uso negro y gris y muy ocasionalmente, blanco. Apenas banco un par de justificadas salvedades: el celeste de la bandera argentina y el rojo en la banda de River.

2) regalar flores me parece un acto deleznable, de pésimo gusto. Es como regalar muerte. ¿Cuánto dura una flor cortada? ¿Y hay espectáculo más patéticamente a contramano de la presunta intención original que la extinción paulatina de su alabada belleza, hasta que termina en el tacho de la basura? Además, detesto hasta el paroxismo las pavadas que satisfacen cursilerías.

3) no me gustan las plantas. Excepto una: el cactus. Incluso tuve un par que yo mismo planté en un inodoro transformado en maceta. Pero se fueron achicharrando conforme pasaba el tiempo y no recibían ni una gota de sol ni un rayo de agua. Con lo cual los cactus me decepcionaron un poco: demostraron que taaaaaaaaaaaaaaaanto aguante no tenían.

-OK, pero claro, viste cómo es: estás en un lugar milenario y el botánico tiene 400 años y con la tarjeta de la universidad pasás gratis y entonces decís "Ma'sí, veamos, aunque sea para decir que fui", ¿no?

-Sí.


Fui. Habré estado, ¿cuánto: 15, 20 minutos? Lo suficiente para echarle un vistazo al criadero de cactus y para fumarme un Parliament respirando aire purísimo al lado del río Cherwell.

Me estaba yendo cuando lo vi.

Ahí, solito, como en penitencia: un árbol colorado, iluminado por la cólera. De hecho, a la distancia para mí era... fosforescente. Y juro que había fumado un Parliament, no alguna otra hierba de un jardín colgante (¡cuac, cuac!).

Me le acerqué.

El cartelito decía "Procedencia: China". Entonces entendí todo.

domingo, 23 de marzo de 2008

278. Contate otra

(Desde Oxford)


Como parte de mi laburo final relacionado con narrativa digital -dicho sea de paso: ya tengo escrito el 2%..., faaaaaaa...- me puse en contacto con el experto norteamericano Brian Storm.

Brian dirige la agencia MediaStorm, que se dedica a elaborar la clase de especiales multimedia sobre los que me interesa hacer foco: historias largas, profundamente producidas, combinando de todo (textos, animaciones, fotos, videos y audios).

En la reciente Conferencia Nieman sobre Periodismo Narrativo en la Universidad de Harvard, que este año por primera vez incluyó paneles sobre digital storytelling, Brian resultó el orador estrella. "Estuvo bueno", me dijo hoy, escueta, modestamente tal vez: según Jane Stevens, otra especialista que asistió a la presentación, "fue fantástica".

En el sitio de MediaStorm hay varios ejemplos de lo que sin dudas representa una nueva forma de contar las cosas. Pero para tener la muestra, echale un vistazo a lo que acaba de realizar en colaboración con Reuters por el quinto aniversario de la guerra de Irak.

sábado, 22 de marzo de 2008

277. Caelum oxoniensis

(Desde Oxford)


Aunque a nivel del piso no haya nada de viento, las nubes suelen atravesar el cielo del Reino Unido a una velocidad que a mí, como dirían los españoles, me flipa. Nunca vi algo así.

Fijate en la secuencia de fotos: son diez y las saqué anteanoche, en apenas diez segundos.











viernes, 21 de marzo de 2008

276. Vos, fumá

(Desde Oxford)


Sin mi querido Nescafé Clásico me quedé hace un par de semanas, pero (menos mal) conseguí un Gold Blend Rich Aroma muuuuuuy rico.

Sin mi entrañable Cabernet Sauvignon argentino me quedé a los 10 días de haber llegado, aunque todo bien porque acá se encuentran (caros) y porque probar la producción del resto del mundo tiene ese sí-sé-qué: tiene encanto.

Ahora, esto que me pasa ahora, esto de estar a punto de quedarme sin mis adorables Parliament, justo cuando estoy escribiendo el paper final de 10.000 palabras para la Universidad de Oxford, esto, ahora, es igual a desesperación.

Y no es joda.

Todavía faltan 22 días para que llegue Andresito con refuerzos. Exactamente, me quedan cuatro paquetes y medio. O sea, 90 cigarrillos. Desde que me sumergí en las restricciones europeas reduje la cantidad diaria bastante, de unos 15 que fumaba allá a unos 10 acá (y a veces míseros cinco o seis). Sin embargo, si las cuentas no me fallan, 90 dividido 22 da cuatro. ¡¡¿¿Cuatro??!! Inconcebible, devastador. ¿Cómo hago para sobrevivir?

Hace 20 años que consumo Parliament. Muy de vez en cuando me pito un Parisiennes por ahí, un Gitanes por allá. Pero sin los Parliament no puedo, no.

Estar en esta situación me pone extremadamente nervioso. Me voy a fumar un pucho.

O medio.

O quizá apenas un par de pitadas.

Estoy quemado. ¿Tenés fuego?

miércoles, 19 de marzo de 2008

275. Soooooomos los piratas...

(Desde Oxford)
Me invitó mi amigo Juan, AKA "John Kelly, a print journalist from The Washington Post", y yo, chocho, porque, como ya conté, me une a Los Beatles una relación prenatal.

Estos imitadores se llaman The Bootleg Beatles (bootleg quiere decir "pirata": qué feliz coincidencia) y se autopromocionan como la primera banda tributo.

Tocaron esta noche, dos horas en el New Theatre. Fue un repaso cronológico y muy cuidadoso desde la puesta en escena, aunque algo jeropa en lo musical: como si les faltara power, cortos de revoluciones. Tal vez se deba a que justo hoy cerraron una gira por el Reino Unido con más de 40 fechas en dos meses...

Por lo demás, vi muchas canas emocionadas cantándose todo y un Paul McCartney bastante aterrador con su sonrisa atascada (igualito al muñeco de El juego del miedo).

El próximo sábado 10 de mayo los Bootleg Beatles se van a presentar en el Luna Park de Buenos Aires. Una pena que justo ese día me esté tomando el avión de vuelta a la Argentina... No, en serio, da ir a verlos. Pero qué querés que te diga: yo me quedo con nuestros The Beats.




Posdata para mi viejo: te llamé, como hago cada vez que me pasa algo Beatle. No lo puedo evitar. Pero no estabas. ¿Te contó Andrea? En fin, Yeah, yeah, yeah.


[Actualización de viernes: hoy John publicó en su blog Voxford no sólo cómo vivió el concierto del miércoles (coincidimos en lo del scary McCartney), sino además unas simpáticas gárgolas que fotografié para él en Cardiff, el finde pasado. Cheers, mate!]

274. Salud por esos 34, Andresito

(Desde Oxford)

[Enero de 2006: chivito al asador en Mendoza.]

martes, 18 de marzo de 2008

273. Kiss me, I'm NOT Irish

(Desde Cardiff)

[Que tengan todos un feliz Día de San Patricio,
whatever that means...
Desde el pub irlandés Dempsey's,
Castle Street, frente al Castillo de Cardiff.]

lunes, 17 de marzo de 2008

272. Save the Wales

(Desde Cardiff)


Según publicaron los diarios, unas 250.000 personas festejaron el título de Gales en el torneo Seis Naciones de rugby, el sábado a la noche, después de la victoria contra Francia en el Millenium Stadium. Esa cantidad representa casi el 80% de la población de esta capital que ayer se resaqueó toda. Hasta los basureros que no paraban de meter botellas en los camiones estaban completamente de última y cuatro de cada cinco camisetas rojas tenían manchas de vómito o de cerveza o las dos cosas.

La cerveza nacional galesa, que además auspicia al equipo de rugby, se llama Brains. O sea, "cerebros". Irónico, si tenemos en cuenta que el alcohol liquida neuronas a lo pavote. Es bastante gracioso ir a un pub y pedir: "¿Tenés Cerebros?". Y que te contesten: No, we're brainless. Que es como decir: "No, estamos descerebrados".

Encima no hay ninguna posibilidad de que este pueblo se levante y ande. No hoy.

Porque hoy, lunes 17 de marzo, se celebra el Día de San Patricio.

Alguien deberá salvar a Gales.

jueves, 13 de marzo de 2008

271. Final presentation (3)

(Desde Oxford)

[Lo que aparece a la altura del corazón no es un monstruoso copo de caspa, sino un prendedor con la bandera argentina.]



[Lucas, el barrabrava más tierno del mundo. Vino a hacer hinchada con su papá Nicolás y se quedó debidamente dormido durante mi presentación.]

270. SMS N° 55

(Desde Oxford)


Acá son las dos y diez de la mañana. Muchísimas gracias a Nico y a Lucas, que vinieron a hacer el aguante, y a todos los que mandaron correos y comentarios y llamaron por la presentación. Cuando terminó, hubo un brindis en el Instituto: yo, firme con el tinto. Después, continuación grupal para festejar en el glorioso Rose and Crown con la adorable Old Hooky y los pistachos. Más tarde, con Richard y Ken, dos colegas de la BBC, hicimos tapas en un restorán español del centro; más vino. Y luego, un par de copas extras para acompañar la victoria de River en Chile. Confieso que estoy contento.

martes, 11 de marzo de 2008

269. Final presentation (2)

(Desde Oxford)


La presentación de mi trabajo en el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford salió mejor de lo que esperaba, la verdad. Esperaba menos: menos gente, menos fluidez en mi inglés, menos aplausos y menos sándwiches al final.

(Encarar las cosas con bajas expectativas casi siempre paga.)

En una worldwide exclusive (?) para la notable audiencia de Etcétera, he aquí las diapositivas sobre las que apoyé la charla:

1. Portada: título (Fight for Your Life: Newspapers and Digital Storytelling); fecha, autor y procedencia (Bahía Blanca, Argentina).

2. Video de Los Simpson. Dura apenas 18 segundos. Nótese la cara de Dan Rather cuando presenta al redactor del Washington Post.

3. Foto de Nelson cuando le dice al periodista con su risa socarrona: "¡Ja, ja! ¡Tu medio se está muriendo!".

4. Infografía y datos sobre cómo cae la circulación de los diarios.

5. Jim Brady, jefe del washingtonpost.com: Hacemos periodismo, no importa la plataforma.

6. Storytelling como parte central de la estrategia digital de los periódicos.

7. Especiales multimedia (multimedia packages): What the fuck?

8. Análisis de dos ejemplos: uno de Clarín y otro del Guardian, ambos sobre el 25° aniversario de la guerra de Malvinas.

9. Números del trabajo en progreso. Cantidad de entrevistas, correos, libros, artículos, ensayos y documentos que integran mi laburo.

10. Bill Keller, editor ejecutivo del New York Times: No estamos muertos todavía.

11. Despedida: "Muchas gracias", en español.

268. Final presentation (1)

(Desde Oxford)


Ya está, ya la tengo. Anoche terminé de armar el libreto y las diapositivas para la presentación final de mi trabajo Fight for Your Life: Newspapers and Digital Storytelling, que será mañana a las 12 en la sede del Reuters Institute for the Study of Journalism de la Universidad de Oxford.

Soy el tercero en la grilla, después de dos colegas de la BBC y justo antes del almuerzo.

Mostraré sólo 11 diapositivas, incluyendo la portada y el saludo de cierre: esta vez le di más importancia al libreto.

Igual, lo más importante de todo esto es que sirve como excusa para que me visiten Nico y el pequeño déspota Lucas (el otro día, por teléfono, me dijo "Tío Abel" y casi me meo encima).

Ah: por si fuera poco, acabo de recibir una carta desde la Argentina. El remitente misterioso me mandó una zanahoria de madera, "para que no te sientas solo durante la presentación". Medio papafritas, pero qué ternura.

lunes, 10 de marzo de 2008

267. Brit pop alfombrado

(Desde Oxford)


"Claro que me acuerdo -me dijo-. Fuimos a comer un asado y tocamos en la cancha de River Plate."

Tom Hingley, el cantante de Inspiral Carpets, ya no es el pálido y ceceoso par de ojos azules techados por una peluca de los Beatles circa 1964: ahora es un profesor de música sonriente y embarazado de unos cuantos litros de cerveza.

Cuando terminó el show del sábado, en la Carling Academy de Cowley Road, el tipo cambió la camiseta transpiradísima por una camisa floreada y se puso a repartir tarjetas de su banda propia (The Lovers) y a sacarse fotos con la gente, mientras el tecladista Clint Boon se convertía en el DJ de la noche: ge-nial.

"Sin Clint Boon y los Inspiral Carpets no habría Oasis -dijo hace un tiempo el guitarrista, cantante y compositor Noel Gallagher-. Ellos me enseñaron la mayoría de lo que sé."

En diciembre del 91, cuando los Inspiral Carpets pasaron por Buenos Aires, Noel era uno de los plomos. Le decían Cejas de Mono y, según contó Clarín, se negó a comer carne y pidió una ensalada...

Se supone que el nombre Oasis se le ocurrió a su hermano Liam mientras miraba un póster de los Inspiral Carpets donde figuraban los próximos recitales, entre ellos uno en el Swindon Oasis Leisure Centre. Y de hecho, en su momento Noel audicionó para cantar en el grupo... y lo rechazaron.

[Las marquesinas de la Academy de Oxford: taaaaaaan British.]


[En vivo: escenario austero y tapado de décadas.]


[Tom la sudó en serio: hasta bajó a cantar con el público. Una mina de unos 40, ubicada a medio metro de donde estaba yo, le metió la mano debajo de la camiseta, le acarició la panza y después directamente le agarró el otro micrófono.
Para mí que le dolió.]

sábado, 8 de marzo de 2008

266. Diecisiete con cincuenta

(Desde Oxford)


Decidí hacerme un regalito después del miércoles que viene, cuando haga la presentación de mi proyecto sobre narrativa digital. (Dicho sea de paso, ya tengo la estructura; ahora me queda escribir el libreto y diseñar las diapositivas.)

Voy a aprovechar que el viernes todos los fellows vamos a visitar el Parlamento inglés para quedarme en Londres y el domingo arrancar en bondi barato a Gales.

Iba a pasar tres días, pero al buscar hostel corté uno: primero, porque tengo que volver a redactar las 10.000 palabritas del paper final y segundo, por los precios. Cada noche cuesta 17,50 libras.


Hace un rato me enteré de que esta noche tocan en Oxford los Inspiral Carpets. No sé si muchos recordarán la banda: fue una de las pioneras de aquella movida musical conocida como Madchester, que empezó a fines de los 80 y siguió a principios de los 90, junto con The Stone Roses, The Charlatans y Happy Mondays, entre otros.

A ver: para mí, eso es pelo largo y tarjeteo en Chocolate con el Negro Práttico desde la cabina sacudiéndonos All Together Now de The Farm y I'm Free de los Soup Dragons y la batería repiqueteando tuntuntác tutuntuntuntác. Ah, los buenos viejos tiempos...

Acabo de llamar. Cada entrada cuesta 17,50 libras.






[Con permiso, abran paso, chau, hasta luego:
tengo una cita con mi adolescencia.]




Actualización futbolera: el estribillo de la canción, que se llama This is How it Feels, dice

This is how it feels to be lonely.
This is how it feels to be small.
This is how it feels when your world means nothing at all.

(Más o menos: "Así se siente estar solo./ Así se siente ser chico./ Así se siente cuando tu mundo no significa nada de nada".)

Los hinchas del Manchester United cambiaron la letra y cada vez que juegan el clásico contra el Manchester City cantan

Tell me how it feels to be City.
Tell me how it feels to be small.
Tell me how it feels when your team wins nothing at all.

("Decime qué se siente ser del City./ Decime qué se siente ser chico./ Decime qué se siente cuando tu equipo no gana nada de nada.")

jueves, 6 de marzo de 2008

265. Ser o no Cerdeña (4)

(Desde Oxford)

[Estoy debiendo varios relatos de viajes, que son los que más disfruto. Los tiempos solían correrme de atrás pero me pasaron hace rato, y ahora casi ni los veo de tan lejos que están: eso sucede. De a poco voy a ir cumpliendo con lo que me quedó de Cerdeña, Escocia y Noruega. Acá va una cuota; ahora táchenme la doble.]

Cuando estoy de vacaciones no me cuesta tanto levantarme temprano. Tipo 9, digamos. A menos que la idea sea larvear a morir, creo que no tiene demasiado sentido arrancar al mediodía en un lugar que no conocés.

Por eso no revoleé el celular y sí me pegué una ducha, desayuné, me subí al Seicento y arranqué con rumbo norte.

Entre Cagliari y Olbia hay apenas 294 kilómetros. Pero a mí el trayecto me demandó 10 horas.

La razón es simple: me desvié a cada playita, cabo, bahía, puerto, ensenada y bar que me resultó interesante.

[Costa Rei: arenas pálidas y un murmullo mareado, todo para mí solito y no te convido, leru-leru.]


En Capo Ferrato de golpe se terminó el pavimento. Continué por tierra un tramo, hasta que mi instinto de conductor avezado me advirtió Te perdiste como un salame. Frené en un rancho desangelado donde una mujer con máscara muy Jason Martes XIII cortaba el pasto. Le pregunté, claramente en español disfrazado de tono tano, cómo retomaba hacia Olbia por la costa. Onda Eh, ¿ma come ritorno al camino per la costa qui conduche a la Olbia?

-Esperá -alcancé a entenderle- que traigo a mi hermana. Ella habla tedesco.

Me dieron ganas de decirle ¿Y qué hacemos con el tedesco, si yo soy argentino? El único Tedesco que conozco es Marcelo.

-¡Diritto, diritto! -me gritó la hermana. (En Italia casi todo queda siempre diritto.)

Manejé diritto pero ni rastros de civilización. El salame móvil seguía aparentemente perdido. De pronto vi dos formas humanas: dos ciclistas. Los bocineé hasta que pararon.

-We have no idea. We are English and we're lost, too. I'm sorry.

Aceleré para que tragaran un poco de tierrita y para llegar rápido a algún lado, ya no me importaba dónde.

Y el paisaje me cacheteó.

[¿No será extremadamente cristalina el agua? Y nosotros, con 5.000 kilómetros de costas, tenemos dos opciones: remojarnos en tonos marroncitos o recontracagarnos de frío.]


Hacía minutos que estaba en Olbia, recorriendo la ciudad, cuando me avisaron por teléfono que el cargamento especial llegaba en barco a Porto Torres, al otro lado de la isla bonita. Madonna.

Pegué uno de gruyere y mortadela con pistachos y uno de gruyere y jamón parmesano, un agua mineral, y volví a la ruta.

[Aunque tuve que apoliyar en el auto, todo bien, y a horario, en una mole de 214 metros de largo por 22 de ancho, con capacidad para 2.000 pasajeros más la carga.]


Amanecía en Porto Torres bellamente,
pero al policía del puerto le pareció sospechosa mi cara -me lo dijo- y además quería revisar el cargamento especial. Qué ganas de romper las pelotas a las 7 de la mañana, caro vigilante aburrido prejuicioso aunque piola.


¿La verdad? No me importó. Nada de nada. Total, poco después estaba yendo al paraíso. Diritto, diritto.

miércoles, 5 de marzo de 2008

264. SMS N° 54

(Desde Oxford)


Era obvio, ¿no? Gracias a ese posteo que incluyó un montón de palabras clave cazajeropas (tipo "culo", "sexo", "videos", "tetas") Etcétera se ha sentido asqueado en los últimos días: se ha llenado el boliche de pegajosos parroquianos acostumbrados a googlear sus bajos instintos. El más bizarro: alguien en México que buscó "monstruos anales"... Cuesta creerlo, en serio.

martes, 4 de marzo de 2008

263. Seré el diablo

(Desde Oxford)

[Saludo final del elenco de la
en el Tricycle Theatre, luego de representar
I'll Be the Devil, de Leo Butler,
inspirada en La tempestad.]


Dijo el Daily Mail: "Butler le da directo en el corazón a la a menudo arbitraria violencia que sustentó el dominio británico en Irlanda durante el siglo 18. El resultado es una obra atrapante y una extraordinaria pieza de escritura".

Digo yo: "Pséeeeeeeeee...".

lunes, 3 de marzo de 2008

262. Telegrama crítico

(Desde Oxford)


"Agotó, man, agotó. 80 mil ejemplares. Me llamaron amigos que nunca comprarían un diario para decirme que en San Isidro se había agotado a la 1 de la tarde. Hubo mucha expectativa. El número salió bien. La revista también (tapa Sarkozy). Mañana sale con un tema fuerte, así que está bueno.
Abrazo."



(El mensaje que me mandó anoche el amigo Pablo, en vivo y en directo desde la redacción del flamante Crítica de la Argentina. Empezó la última gran aventura del periodismo nacional.)

domingo, 2 de marzo de 2008

261. The Other Place

(Desde Oxford)


Así le dicen acá en Oxford a Cambridge: "El otro lugar". Y no es necesariamente despectivo..., aunque tampoco es especialmente amigable. Es muy inglés, digamos; una síntesis de la ironía polite, algo así como "I'm so sorry que te la esté poniendo. Ojalá no te duela tanto".

Refiere, claro, a la rivalidad de centurias que hay entre ambas universidades, que son las dos más antiguas en el mundo de habla inglesa, las sempiternas 1-2 o 2-1 en prestigio académico del Reino Unido y top ten en el planeta.

Pasé el finde en Cambridge para despejar un poco el marote antes de la presentación de Peleá por tu vida... así que, damas y caballeros, con ustedes, "El otro lugar":

[La ciudad está atravesada por el río Cam, del que aprovechan hasta el último metro cúbico.]


[Sobre todo para la práctica del remo: los famosos duelos con Oxford comenzaron en 1829 y hasta el momento Cambridge domina el historial 79 a 73.]

[Pero también para la recreación amateur en estos botes infames, que se manejan con remos cortos y palos largos al estilo veneciano. Hacen furor entre los asiáticos: la contaminación sonora de sus risas, multiplicadas por los clics de sus cámaras, ha diezmado la población de truchas en un 19,6% durante 2007.]

[La capilla del St. John's College, fundado en 1511. Honestamente, no sé cómo le dicen "capilla" a semejante edificio...]

[St. John's ha dado 10 Premios Nobel pero tal vez sea más conocido por su coro, al que justo me tocó ver en vivo: de-li-cio-so.]

[El Trinity College es la estrella. Riquísimo (hasta tiene un puerto, que es el sexto de Europa...), por sus aulas pasaron 31 Nobel y, entre otros, los principitos Charles e hijos, Harry y William.]

[El "Puente de los suspiros". Romanticismo cero: se llama así porque por ahí pasan los estudiantes que vuelven de rendir examen.]

[El Nevile's Court, con la biblioteca Wren de fondo. Dicen que en el claustro norte el alumno Isaac Newton zapateó y midió los tiempos del eco para determinar por primera vez la velocidad del sonido.]

[Y también te venden al arbolito este como aquel del que cayó la manzana y le dio a Newton la idea para formular la ley de gravedad.]

[El King's College, de 1441, y su esplendorosa capilla -de nuevo: es un pedazo de iglesia-: estilo gótico y un siglo de construcción.]

[Los campitos universitarios. Pero, ¡¡¡cielos!!!, ¡CIELOS!]

[Santos cielos, me olvidaba... Acá en Cambridge, en el Medical Research Council,
trabajaba nuestro César Milstein cuando ganó el Nobel de Medicina en 1984, y hasta su muerte en 2002 se quedó acá, en "El otro lugar".]