domingo, 29 de noviembre de 2009

595. Embarazoso


E
n la línea D del subte porteño veo de nuevo a un vendedor ambulante al que crucé docenas de veces mientras viví en barrio Norte.

Canoso, ahora en unos 55 años, voz profunda y educada para ofrecer sus productos. El tipo tiene cancha.

Mientras pienso en la improbabilidad de que me recuerde, noto que se acerca clavando la vista en una morocha gordita que viaja de pie. Le pasa por atrás. Creo que la apoya un poco. Y se la queda mirando, de arriba abajo.

-¿Querés que te pida un asiento? -le dice, señalándole la panza.

La chica parece sorprendida, como no entendiendo qué onda.

-No, gracias -le responde.

El vendedor se da cuenta de que la chica NO está embarazada:

-Uh, perdón, me parece que me mandé una macana -dice.

La chica sonríe: ni siquiera se pone colorada. El vendedor se va al vagón siguiente.

-Yo estaba esperando que lo mandaras al carajo -le digo a la chica.

-Ja, ja, ja. Nah, todo bien. No pasa nada.

-Qué bueno que no te sentiste ofendida...

-Una se acostumbra. La vida es una ofensa.

jueves, 26 de noviembre de 2009

594. Este mediodía salí de copete

(Desde Buenos Aires)

[Grabando los copetes para el multimedia
del Equipo de Investigación de Fopea, hoy,
en el patio trasero de la Casa Rosada.

Martín trata de hacer foco en el brillo de la
calva y yo sólo espero que me salga de una,

así gambeteo la deshidratación. La tele no
es lo mío, para nada. (Un francés
que
pasaba sacó la foto. Es lo que hay...)]

martes, 24 de noviembre de 2009

593. ¡Eh, ortiba, no le garpes más el alquiler a la rubia así se zarpa!


L
a rubia no es teñida, es veterana, no es vieja, es atractiva.

Lucha cotidiana, esforzadamente por mantener su statu quo corporal en el Uno.

Y habla mucho, también. Desconozco por qué me da charla: ya sé que está separada, que el ex le pasa buena guita, que tiene hijas adolescentes cuyos amiguitos con sobredosis de testosterona la invitan a fiestas.

-¿Y?

-Nah, yo estoy re tranquila. Ni a palos... ¿Viste cuando no buscás que te paguen el alquiler ni nada? Bué: así estoy. Re tranqui.

domingo, 22 de noviembre de 2009

592. Asamblea, congreso y reunión


N
unca había participado de una asamblea.

Mi paso por el secundario no tuvo esa clase de combatividad. Hice los estudios superiores en instituciones eclesiásticas que desalentaban religiosamente toda agrupación que no fuera la misa o la Acción Católica. El Sindicato de Prensa todavía no me enganchó. Y no había podido viajar a las anteriores del Foro de Periodismo Argentino.

Por eso el jueves sentí esos cosquilleos de lo iniciático, lo fundacional. Éramos 50 tipos de distintas partes del país, preocupados por la profesión, discutiendo, pensando, consensuando. Horas.

Hasta formé parte de una Junta Electoral innecesaria, porque había una sola lista. Que integró como secretario el bahiense Gabriel Bermúdez (Canal 9) y que fue elegida por unanimidad.


El cuarto congreso nacional e internacional de Fopea le dio otro relieve a los turbulentos días porteños. Digámoslo así: es un lujo. Frenar un par de días para pensarnos, criticarnos, esperanzarnos: un lujo. Escuchar el discurso inaugural de Bill Kovach -una celebridad del mundo periodístico, sin la cual esta profesión sería más renga-: un lujo.

-Volvería ya mismo al primer día, ¿sabés? -me dijo Bill.

Afortunadamente, pude compartir bastante tiempo con él; fueron como clases exclusivas e inolvidables: un lujo. Incluso hice de traductor para esta nota de Susana Reinoso en La Nación.

Por supuesto, me contó en detalle qué pasó ese primer día. Él estaba en la Marina yanqui porque su padre -un inmigrante albano agradecido- lo había obligado. La familia se sentía en deuda con los Estados Unidos y que sus hijos sirvieran al país era quizá la única retribución posible.

Bill pertenecía a los buzos tácticos pero no podía bucear por un mal de ojo. Lo que de todas formas vio fue el encanto del mar. Definió estudiar biología marina. Ya tenía 24 años y dos hijos: necesitaba juntar plata para la universidad. Gracias a un amigo consiguió que lo contrataran para hacer las suplencias veraniegas en el diario de su pueblito, en Tennessee. Bill sabía escribir; no sabía nada de periodismo.

El primer día lo mandaron a cubrir qué pasaba en la Municipalidad. Y no pasaba nada. Volvió a la redacción y algo desanimado llamó a su hermano, que trabajaba como editor en otro periódico en la costa oeste. "Tenés una gran historia. Yo la pondría en tapa", le dijo. "¿Qué? -se sorprendió Bill-. ¿De qué estás hablando? ¡Si no pasó nada de nada!" Respondió el hermano: "Por eso mismo: el ciudadano paga sus impuestos para que en una Municipalidad sí pase algo". Bill fue, reporteó, escribió, firmó en la portada y descubrió para qué estaba en este planeta:

-Para ser periodista. Para cambiar cosas, hacer diferencia, dar servicio a la gente. Es algo maravilloso, incomparable -me dijo Bill a los 76 años, en voz baja, con una timidez y una humildad adorables luego de más de medio siglo brillante en el que educó a generaciones de periodistas con Los elementos del periodismo, un libro indispensable-. Volvería ya mismo al primer día, ¿sabés?


No sé cuánto tiempo había pasado. Años, seguro. Tal vez nueve.

Están como los recordaba mis ex compañeros de Letras -excepto un toque Facu, que ahora tiene ojos grises muy poco Conurbano. Una alegría verlos. Y una pena que no pudieran ir Maru, Pepa, Láion, Gastón. Pero al menos nos pusimos al día, también con Leticia "No Me Las Hago Ni En Pedo Para No Perder Sensibilidad" y Carlitos, con quien solíamos perdernos clases y en vasos de cerveza y en charlas anárquicas que sólo se frenaban cuando el chino del sucucho nos decía que basta, que no le convenía seguir abriéndonos botellas porque la luz le salía muy cara.

"Quiero relato en tu blog de la tarde de hoy y el fin de la velada con Carlitos", me mensajeó Leti después.

Bué, es domingo, estoy troquelado y no me da para tanto, pero ¿cómo iba a terminar? Como siempre: colgados de la vida. Hasta unos minutos antes de que saliera mi bondi. Que si no...

martes, 17 de noviembre de 2009

591. Estamos fritos



El calor bahiense es imposible.









[Entre otros que se dieron cuenta está
fantassma, un amigo de la casa que vive
en
España. Todavía no sabemos cómo, la
central
de temperatura de lanueva.com
ahora se encarga de medir qué onda e
l sol.]

lunes, 16 de noviembre de 2009

590. Tejes y manejes


...
pero mirá vos qué garrón me morfo por guiarme por un papelito, ese papelito que completó un austríaco disléxico que no distinguió un 8 de un 9 y puso en el contrato de alquiler que mi carné de conductor vencía en noviembre de 2009 y no, era de 2008, disléxico hijo de una salchicha vieníssima, mirá vos qué garrón, entro en el sitio de la Muni y me salta el error, tengo que hacer todo el puto trámite de nuevo, todo pero TODO, ¿entendés?, ¡¡sentarme a rendir teoría de los signos de tránsito y esquivar prácticamente conitos naranjas!!, tengo 34 años, déjenme de joder, manejo desde los 16, dónde está la lógica, si renovás antes de los 90 días del vencimiento todo bien pero pasado ese lapso hay que hacer el trámite de nuevo, dónde, hijos de puta, ¿el día 91 me olvido de todo?, mirá vos qué garrón, bué, qué le vas a hacer, siempre igual, voy y chau, me levanto un lunes a las 7, voy, espero, me toman datos, espero, me toman foto, espero, me toman del bolsillo 97 pesos, espero, me toman examen de vista, espero, me toman examen teórico, espero, saco 98% y mirá vos qué garrón, finalmente me toman el pelo que no tengo, el auto con el que voy a rendir no tiene el último recibo del seguro, volvé otro día, qué irritante sos, pará que aunque sea rindo moto, gracias Mati, OK, hacé los conitos y vuelta en U, paso uno paso dos paso tres paso cuatro paso cinco paso seis y la vuelta viene amplia, la rueda delantera pisa césped, freno para que no haya heridos, ¡¡no, flaco, sos un peligro!!, ¿eh?, ¡¡te vas a matar!!, ¿eh?, ¡¡no, así no!!, pero lo hice a propósito, situación controlada 100%, te lo hago otra vez en un toque, OK, va va va va va va y U, ahí tenés, poné que sí, no me hinchés los huevos, encima tengo que volver para rendir el auto, austríaco pelotudo, mirá vos qué garrón me morfo...

viernes, 13 de noviembre de 2009

589. La verdad es como la madre: hay una sola


"
[...] los barman siempre tienen cara de cansados porque siempre escuchan las mismas cosas, las cosas que hablan los borrachos y que siempre son las mismas porque los borrachos dicen siempre la verdad, y verdad hay una sola: el mundo es una mierda, esa es la verdad que los barman han escuchado siempre desde el otro lado de la barra mientras custodian su arsenal de alcohol que hace que la vida sea un poco más tolerable, es decir, que por momentos el mundo no sea una mierda."



Me simpatiza bastante el narrador que navega en Los mares de la luna, la segunda novela del escritor bahiense Luis Sagasti (Sudamericana, Buenos Aires, 2005, página 124).


-¿Se puede decir que la novela es "un relato en potencia"? -le preguntó Matías a Sagasti.

-Creo que sí -respondió-. Siempre me ha parecido más atractivo aquello que se sugiere y que lo se muestra sin tapujos. Prefiero lo que se soslaya, lo que se vela, a lo que circula en estado de desnudez. Digamos: los atardeceres son más dignos que los mediodías. En literatura, acaso en el arte en general, la ambigüedad es mucho más rica que aquello que se presenta en estado de máxima pureza, sin ningún tipo de pliegue. Cuando en el jazz un pianista improvisa, las teclas fundamentales, las que permite que el tema respire, son las que no toca. Creo que una buena narración funciona de manera análoga. Se enseña ocultando. Como si se escribiera lo que sobra. Una forma de dar con la verdad es pronunciar las palabras que estorban. Una de las ideas de la novela es dar cuenta de lo que pasa cuando no pasa nada. Dicho de otra forma: qué es lo que tiene que pasar para que no pase nada. Qué corrientes circulan en la profundidad cuando la superficie es calma chicha o de una estridencia sin mácula, indolente, despreocupada. Es decir: qué sostiene un baile más allá de la música.


miércoles, 11 de noviembre de 2009

588. Urinario cruzado

(Desde Buenos Aires)


Arriba del inodoro
del baño de Fopea
hay una ventanita
y se ven dos cruces
que son de la Inmaculada Concepción:
si pasaste una infancia medio cristiana
y sos hombre
y meás de pie
y se te ocurre
y tenés ganas
y te imaginás
por ahí te da cosa
frente a esa iglesia
sacudir demasiado.



[Y yo cargo mi cruz como puedo y donde sea:
Fijate detrás del humo agnóstico.]

lunes, 9 de noviembre de 2009

587. Garca carga, recarga descarga


U
no debería tener la posibilidad de pegarle a otro una buena trompada en la cara sin que hubiera ninguna consecuencia: ni para uno ni para otro.

El que recibe la trompada debería poder restablecerse en un segundo y por eso mismo el que la da zafaría de una persecución judicial, por ejemplo.

El ser humano debería evolucionar a un estadío tecnológico en el que te rompen la jeta y apretando un simple botón automáticamente no te queda ni sangre ni cicatriz ni nada, cero secuela. Podrían venderse créditos en los kioscos, ponele, como las tarjetas de celular. Vas, garpás 20 mangos y tenés 20 créditos para recibir y/o dar inmunemente 20 trompadas.

* Viene un gil, típico hincha de televisor, y te carga porque River volvió a perder y ¡PUM!, sin pronunciar palabra le partís bien la boca y le decís "Tenés crédito, ¿no? Si no, te paso un SOS" y chau, el gil se va como nuevo y vos te descargaste.

* La vecina tiene un perrito de mierda que llora todo el tiempo, ya le pediste mil veces que lo controle pero ella ni bola, incluso te dice "¡Si Máikel es hermoshoooooo!"; le tocás el timbre y apenas abre la puerta, ¡PUM!, gancho a la nariz y a otra cosa.


Uno debería tener la posibilidad de pegarle a otro una buena trompada en la cara sin que hubiera ninguna consecuencia: el mundo sería mucho mejor.

sábado, 7 de noviembre de 2009

586. Chocolate, Negro


Mientras se prende fuego en su cabina, el Negro Práttico se encomienda a las musas de la música (entre otras).

Fue esta madrugada, en otra "fiesta del recuerdo" de Chocolate: esas inolvidables y extrañas celebraciones de tiempos mejores, bailando y cantando las que conocemos todos, las que marcan el ritmo de nuestros últimos 20 años, las que copan nuestra banda de sonido vital.

viernes, 6 de noviembre de 2009

585. SMS Nº 92

Arranca hoy y termina el domingo. Si estás en Bahía, date una vueltita: re da. La FEA del año pasado estuvo muy linda.

martes, 3 de noviembre de 2009

584. Cuando te tropezás con un canuto


A
esta altura de la semana anterior estaba disfrutando de un taller de periodismo digital que organizó el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) y condujo el estadounidense Ryan Thornburg, un tipo que llegó a laburar en el Washington Post pero abandonó para dedicarse a analizar el futuro de la profesión y enseñar en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.

Entre otros, a Thornburg lo entrevistaron perfil.com y Clarín. Para el autodenominado "gran diario argentino" se acercó a la Universidad de Palermo, donde se hizo el curso, un tal Alejandro Alfie, con el fotógrafo Gustavo Castaing.

Castaing me dejó fotografiarlo fotografiando.


A Alfie no lo conocía. Charlamos dos minutos; me enteré de que hicimos la misma maestría y le conté que quería publicar algo sobre Thornburg en mi blog.

-Che, ¿te jode que presencie tu entrevista? -le pregunté.

-Sí, la verdad que sí -dijo.

-¿Me estás hablando en serio?

-Sí.

-OK.


Alfie se sentó en el aula frente a Thornburg y al lado de la traductora que haría posible el diálogo. Yo me puse a revisar el correo y a editar la página del diario en una máquina del fondo.

En una de esas, Alfie se paró y fue a hablar con el director ejecutivo de Fopea, Andrés D'Alessandro, que estaba en otra computadora.

-Che, Abel, vino a pedirme que nos vayamos todos.

-Está en pedo. Yo estoy laburando. Que se vaya él. ¿Quién se cree que es?

Hablé lo suficientemente fuerte, para que Alfie escuchara. Y se dio vuelta. Entonces le dije:

-¿A qué viene tanto secreto, flaco? ¿Te pensás que estás haciendo el Watergate?

-Es que vos sacaste las mismas fotos que mi fotógrafo y querías participar de mi entrevista...

-No. Aprendé a escuchar. Te dije que las fotos eran para mi blog, y no saqué lo mismo que "tu" fotógrafo: le saqué a él trabajando. Tampoco te pedí participar de "tu" entrevista: te pedí presenciarla, de onda.

No me contestó. Volvió a su asiento y le hizo otra pregunta a la traductora para que ella se la trasladara a Thornburg.

Quise quedarme para hablar de inseguridades y mediocridades, pero los minutos pasaban y Alfie seguía preguntando. Y como yo tenía reunión del Equipo de Investigación de Fopea, me fui.


La nota de Alfie salió tres días después en Clarín.

Thornburg escribió en su blog que Alfie "hizo los deberes" antes de entrevistarlo. Y está claro que Thornburg es muuuuy polite -y que sabe poquísimo castellano.

Sólo en ese primer párrafo veo las siguientes falencias:

1) La universidad donde da clases Thornburg es la de Carolina del Norte, pero en Chapel Hill. Porque también hay sedes en Greensboro y Charlotte, entre otros lugares.

2) El entrevistado se llama Ryan, no "Ray". Ray es otro nombre o el apodo de los Raymond.

3) A menos que la idea sea compartir con los lectores que el redactor es tartamudo, se escribe "tiene" y no "ttiene".

4) "Histo" viene del griego y significa "tejido orgánico", pero no es un vocablo. Se trata de un elemento de composición; se usa para formar una palabra. Por ejemplo, "histología": el estudio de los tejidos orgánicos. Se supone que el autor del texto quiso referirse a un "hito".

5) "Sitio" no es un sustantivo hermafrodita: es masculino. Entonces, si abrís un sitio en Internet y no te funciona, LO cerrás.


En fin. Lo bueno de tener una exclusiva, hacer muchas preguntas y disponer de bastante tiempo para redactar es que terminan saliendo piezas periodísticas inolvidables, reveladoras, interesantes, impolutas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

583. Lunes lluvioso: música alegre, letra triste




Cuanto más fría se pone la noche,
más se aleja ella.
Y a él no le gusta
estar así.

Y ella se esforzó mucho
por evitar el lugar del encuentro.
Pero su corazón
la llevó hasta ahí.

Se aferra a la conciencia de él,
dondequiera que él esté.
A él le cuesta dormir a la noche
y durante el día.

Le preocupa que ella esté esperándolo en sus sueños
para llevarlo otra vez al lugar del encuentro.
Su amor lo abandonó ahí,
donde la voz de ella todavía hace eco:
"Lamento haberte conocido, cariño.
Lamento haberte conocido".

Mientras ella se transformaba en la noche
todo lo que a él le quedaba eran las palabras:
"Lamento haberte conocido, cariño.
Perdón por haberte dejado".

Estuvieron dando vueltas durante semanas
haciéndose los tontos.
Sabían que llegaría el momento
y que ese momento sería cruel.

"Porque es cruel para cualquiera",
grita él desde el lugar del encuentro.
Quedó varado ahí,
donde la voz de ella todavía hace eco:
"Lamento haberte conocido, cariño.
Lamento haberte conocido".



[El cantante de Arctic Monkeys Alex Turner y el ex líder de The Rascals Miles Kane formaron en 2007 The Last Shadow Puppets y al año siguiente sacaron su primer y gran disco, The Age of Understatement.]