jueves, 11 de marzo de 2010

639. Aquel homenaje en Oxford a la carne patria y Afganistán a la parrilla: aguante el Sargento Asado


T
odavía tengo la imagen grabada: nochecita de Oxford en la terraza del Instituto Reuters; mi amigo Juan -alias John Kelly, columnista del Washington Post- lucía un saco Armani con demasiados colores mientras morfaba a lo cavernícola un cacho de vaca argentina y decía hmmmmmmmmmm, mucho gusto.

Fue la despedida, allá por mayo de 2008. Y para agasajar a tanta gente linda que conocí (los Kelly, Katie, my friend Yao, Chris, etcétera) se me ocurrió hacer un asado, la única comida que me sale y la que más me gusta.

Pensaba que el principal problema sería conseguir buena carne. Nico y Henry me pasaron el dato salvador: en el mercado Smithfield de Londres vendían cortes criollos.

En ese lugar se comercia desde hace como mil años y ahí, por ejemplo, fue donde liquidaron al revolucionario escocés William Wallace, AKA Corazón Valiente.

Son cuatro hectáreas con edificios repletos de puestos que ofrecen cadáveres de patos, vacas, chanchos, pollos, cabras, corderos, gansos, venados, pavos... La danza de la carne muerta, una delicia con aportes autóctonos de distintas partes del mundo.

¡Cómo no iban a tener un buen pedazo de ternera patria!

[Foto: James Davey.]

-Tengo uruguaya.

-No es lo mismo, Peter. ¿Vos sos galés?

-No, soy inglés.

-Y no es lo mismo ser galés que ser inglés, ¿no, Peter?

-Ciertamente no.

-Entonces, Peter, ni me hables de carne uruguaya: no seas galés.

En los puestos donde solían vender carne argentina ya no había... ¡¡por el conflicto del gobierno con el campo!! Será posible, la puta madre.

Mirá que recorrí, eh.

Y costó, aunque al final encontré alguito: un bife angosto nacional envasado al vacío y obviamente sin hueso. Alrededor de cuatro kilos en oferta a 80 libras, o sea... unos 500 pesos. Y, costó. Será posible, la puta madre.

Pero bueno. Había que hacer el esfuerzo.


Pará, pará -dije, espantado-. ¿Ustedes en Inglaterra le llaman parrilla a eso?

Era poco más que un trozo de lata redondeada con unos alambres. Eso sí: verde y con rueditas.

"OK, me la banco." Y manos a la obra sagrada.

Había unas bolsas de carbón con pastillitas de alcohol para encender.

Piiiiiff...

Piiiiiiff...

Las pastillitas no funcionaban.

"OK, me la banco."

Maderitas. Busquemos maderitas. O ramitas.

Y las maderitas y las ramitas -oh sorpresa: this is fucking England- estaban húmedas y así no había fuego que arrancara.

Y todos opinaban y salía un humo espeso y el chino me daba indicaciones férreas y eso no se le hace a un asador argentino y yo quería patear la parrilla y sobre todo al chino.

Pero salió. ¡Y cómo! Si no me creen, pregúntenle a John. O a su saco Armani.


"Estoy haciendo una columna sobre un soldado norteamericano en Afganistán que hizo de todo para hacer... un asado", me contó John el otro día. "Una vez visitó Argentina y ahora es su comida favorita."

Lo apodó Sargento Asado porque "no siempre el Ejército tiene sentido del humor para estos asuntos".

Y relató que el Sargento Asado encaró el desafío en plena zona de guerra, y que consiguió que una empresa de Michigan le mandara partes de parrillas, y que mientras la carne se cocinaba a pocos metros caían unas bombas. "Pero estamos acostumbrados -dijo el Sargento Asado-, no fue gran cosa." Qué crack.
[Foto: Washington Post/cortesía de Ben Eisendrath,
el presidente de la compañía Grillworks Inc. fundada
por su padre, un ex periodista de la revista Time.]

5 comentarios:

Polly dijo...

Great!! Voy a que el fuego comenzó como en mi aquel New York -January 2000-con varias black rocks(eso sí todas parejitas y del mismo diámetro) q con solo un fosforito(25cm long)encienden...de mas esta decir q a los 5 minutos/6 estan hechas brasas pensando para uno(for not being rude) "al fin y al cabo tan mal no estamos"

Anónimo dijo...

Buenísimooo!! je...ahora esa olla verde con patas, que HDP.(que vendan eso) Y felicitaciones al asador, sobre todo por el sudor para lograr tan magna obra.

Sobre la última foto -al margen del contexto-, diría... no tuvieron el TIME ni de la cebolla ni del morrón, no es asunto menor conocer cuando tirarlos y si vamos a ser técnicos, van directo a las brasas. La cebolla requiere un poquito más, y debe quedar bien quemadita por fuera. Se sacan las capas externas y queda deliciosa. El morrón ideal, uno pasadito con la piel más tierna, fuego necesario no excesivo, luego al plato con oliva. Otra delicia.
Para completar, papines pequeños (si logramos conseguir).

Una excentricidad, je. Si gustan probar calabacines en rodajas con un toque de oliva e hierbas, envueltos en papel y al fuego. Otra delicia. Es super fácil y te completa una parrillada. (aunque se que no sobran adherentes a los colores y sabores de vegetales, je)
La amalgama de esto es INCREIBLE.

UFF...no se puede hablar de estas cosas cuando ha caído el sol, y no tengo olla verde con patas -dicho sea de paso es lo único que podría caber en mi balcón, jeje-.

Aguante la carne argentina, más cuando duele comprarla, y no estamos en Oxford!! carajo!

Abrazo,
G.

Fodor Lobson dijo...

Al tachito verde, en las iberias, lo llaman (¿lo llamamos?) barbacoa; mis viejos tenían una para cuando ibamos de acampada. El drama siempre era, efectivamente, prender el fuego (que si pastillitas de fuego, que si chorrito de alcohol...)
Pero con los años y la mudanza a estas latitudes aprendí que nada, NADA, como un buen asado argentino, y si es con brasa de leña (Mendoza's style) mejor.

yeap dijo...

Jajajaja no nah nada peor que el que hacer un asado y te empiecen a tirar sus opiniones!
Por eso no hago asados! y hago apoyo moral dos metros de distancia tomando una Stella, o una Quilmes cuando no hay mucho presupuesto jaja
Abrazo!!1 Muy buen relato!

AEZ dijo...

Polly: jejejejeje, pasa que el verdadero arte del asado está solamente acá...

Gurisa: después de tu demostración de saber culinario, te aviso, en cualquier momento mando para los verdes.

Fodor: mi estimado, acá en Bahía también usamos leña. ¿Usted se cree que los chilenos del este inventaron eso? :P

Colo: jajaaaaaaaaaaaaaaa, ¡conozco a los que, como vos, hacen "apoyo moral" escabiando! Qué grosso. Bué, mientras no jodan todo bien...