788. Serie "Querido diario": Día 3: Mentiras

(Desde Washington, DC)

Desde hace 2 años, este tipo es el terror de los políticos mentirosos --con perdón de la posible redundancia.

Se llama Glenn Kessler. Cinco días a la semana firma una columna muy popular en el diario The Washington Post que se titula "The Fact Checker", es decir: el verificador de hechos.

Kessler se dedica a contrastar los datos que dan los políticos públicamente y luego califica sus discursos de 1 a 4 Pinochos en función de cuánta manipulación cometieron. Es un verdadero detector de mentiras.

Y muy ocasionalmente aparece en su análisis algún Geppetto... si el político dijo "la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad". 

—Los políticos siempre van a acomodar la verdad si piensan que van a obtener una ganancia política —me dice Kessler, quien tiene 53 años y acumula tres décadas de periodismo.

Según su particular evaluación, hasta ahora en la campaña 2012 el presidente Barack Obama promedia 2,1 Pinochos y su rival Mitt Romney 2,4:

—No es gran cosa —concede—, pero tampoco es horrible.

Con pinta de meticuloso (al borde del TOC) y probablemente ñoño orgulloso, Kessler mete mueca canchera para decir que lo lee alrededor de un millón de personas al mes y que no tiene algo personal con los políticos: 

—Lo hago para que la gente esté informada.

—¿Y cuántos Pinochos le ponés a tu propia vida? —le pregunto.

—¿A mi propia vida? —se ríe—. He tenido una vida maravillosa. No tengo quejas.

—¿Y tampoco Pinochos?

—Ningún Pinocho.

Es tentador especular sobre las pinocheadas argentinas pero también es un bajón, así que mejor la cortamos acá, ¿no? Díganme la verdad.

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