miércoles, 10 de septiembre de 2008

382. Con un mapache no te hagas el salame


"
Siento que fue un buen experimento pero me quedé con las ganas de que fuera mejor periodísticamente."

Eso me dice Diego Graglia en tiempos de balance, ahora que terminó esa atrapante y multimediática aventura profesional llamada Nueva York a México: un viaje entre ambas ciudades para charlar en el camino con los latinos, que serán clave en las próximas elecciones estadounidenses.

Casi todo agosto le llevó el experimento, riquísimo en términos de uso de las nuevas herramientas que da Internet para contar cosas. Y, hasta donde sé, pionero en América latina.

"Al final -cuenta Diego-, no tuvo el alcance que hubiera querido por las obvias limitaciones humanas: para cuando entramos a Texas, Amy [su acompañante] estaba cansadísima de manejar y yo de trabajar (sin mentirte, de 10 a 14 horas por día los primeros días). Justo ahí... empezaron a fallar las entrevistas y casi no pudimos generar más contenido."


El colmo, dice, fue declinar un reportaje en Austin para hacer otro en San Antonio y que luego se cancelara. "La lección: para un proyecto de esta magnitud no estaría mal tener un productor que se encargara de esas cosas, o más tiempo para armar todo antes. También, si hubiera tenido otro par de manos me habría gustado escribir más sobre lo trivial y paisajístico del viaje."


Varias cosas sí dejaron "muy conforme" a Diego. Enumera: la serie de podcasts, los miniperfiles de gente que encontró al pasar, los videos que él mismo editó en cualquier lugar, los posteos más extensos.

"Las preparaciones técnicas y logísticas funcionaron a la perfección -dice-, incluida la Internet móvil que facilitó todo muchísimo." Así, por ejemplo, contó en tiempo real vía Twitter un pinchazo que sufrió en plena autopista.


-¿Qué más descubriste? -le pregunté.
-Que los mapaches son capaces de cualquier cosa cuando sienten el olor de un salame. Una de las primeras noches de camping se nos venían encima porque olían comida. Voltearon la conservadora, hicieron un desastre. Y a la mañana encontramos la parafina de surfear toda rasguñada y creo que mordida... Están medio locos los animalitos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nadie comento este post, que mala onda!, je.
A mi me gusto y me pareció muy interesante lo que hizo este flaco. Una mas de las cosas que me gustaría y nunca voy a hacer.
Abrazo de gol

Fantassma

AEZ dijo...

Fantassma: y qué querés, los MILES de seguidores de este blog son exigentes...

¿Por qué decís que nunca vas a hacer algo como lo que hizo Diego? No te me tirés abajo, no te me tirés.

Abrazo.

Anónimo dijo...

es verdad, coincido con el fantassma, y fuimos más que desatentos...
buenísimo el laburo que hizo, más allá de sus expectativas, el principial logro es aprovechar ciertas condiciones y jugarse,y él se jugó!!!!
voto por algo... una especie de minibus sudaca, entramos varios y distribuimos tareas-dícese trabajo-Podría ser otra cosa pero no sé como andamos de "estado físico" -para una travesía más hippie,digo- yo me anoto. Sería una buena opción, no se si redituable pero SI saludable.
a quién se lo vendemos? je. sólo se que estaría buenísimo hacer equipo, tengo 2 jugadoras, conmigo una más.cómo la ves Abel? jejeje.
Beso
Gurisa,(cómo me divierten ciertas cosas).

AEZ dijo...

Gurisa: jejejeje, vos sabés bien que me prendo como garrapata... ¿Tres y yo? Esta noche no duermo.