288. Te trato como a un perro
(Desde Belfast)
Yo era el único morocho en todo el avión, así que el policía del aeropuerto George Best no iba a gambetear el control ni a cachiporrazos. Era un policía coloradísimo y tirando a gordo.
-Discúlpeme, señor. ¿Podría hacerle un par de preguntas?
-Claro. Si me dice por qué se lo agradeceré mucho.
-Porque tengo el poder de hacerlo.
-Ah, entonces para qué pregunta si podría, hombre. Dígame.
-¿Cuál es el propósito de su visita a Belfast?
-Pasar unos días con mi novia. Ella es policía. Y rubia, por supuesto.
-Ajá. ¿Puedo ver su pasaporte?
-Aquí tiene.
-¿Y dónde va a hospedarse?
-Mi novia me dijo que no había lugar en la estación de policía. Por lo tanto, me quedaré en un hotel. Ella vive con sus ocho perros y a los perros no les caigo bien, presumiblemente porque soy morocho. Dicho sea de paso, uno de los perros es un perro policía.
-...
-Le daría mi último examen de ADN pero en el baño del avión no había papel higiénico, usted disculpe.
-¿Por casualidad se ha sentido ofendido, señor?
-Mire, no creo que haya sido por casualidad: al único que paró fue a mí. ¿Es porque tengo la piel oscurita? Tenga en cuenta que me teñí los pelos del pecho de colorado, ¿eh?
-Lo lamento si se sintió mal, señor.
-Quizá usted se sienta peor. Yo ahora me desquito con mi novia.
-Que tenga un buen día.
-Si el perro policía me deja...
5 comentarios:
jajaja, NOTABLE!!!!!!!!!!!!
Anónimo: muy alentadora su risa por mi desgracia, jejeje. Saludos.
No es subestimación. Es MIEDO.
Anónimo: pero si yo soy un morocho buenito... O no.
Ya lo dijo Stevie Wonder: "Ser ciego no es tan malo, jodido debe ser ser negro".
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