417. Trabajo práctico: la traición
¿Vos querés hablar de traición? Hablemos, dale, todo bien. Da para largo, ¿eh? Poneme Disintegration de The Cure y yo le doy. Ni con el cliché tengo problemas. Bah, duele como la mierda hablar de traición pero dale, todo bien. Me la banco.
O sea, a la traición no me la banco. Ni un poco. Nada, ¿eh? Ni olvido ni perdón, como para los milicos genocidas o los terroristas subversivos, ponele. Qué sé yo. Te dije que ni un problema con el cliché. A nivel relaciones humanas no se me ocurre qué puede ser peor que la traición.
Digo: vos querés bien a alguien y le das todo, ¿no? No digo vos-vos, che. Uso la segunda persona porque me sale más cómodo pero si querés hablo en primera. OK. Si quiero a alguien, si lo quiero bien, yo le doy todo. Ojo: no me refiero a cosas materiales (aunque también entran, si es necesario). Me refiero a que si te quiero y vos necesitás un riñón o un huevo, bueno, ahí voy a estar, primero en la fila de los donantes aunque me desmayo cuando me sacan sangre, ¿me entendés?
Tampoco es que entra la humanidad entera en esa categoría. No soy Terencio, no tengo nada que ver con Homo sum: humani nil a me alienum puto. Además, me gustan las nenas. Cuac.
Bueno, me refería al círculo íntimo, a la gente que está más cerca tuyo... Perdón, a la gente que está más cerca mío. Un puñadito. Por eso digo, a falta de mejor definición, "las personas que quiero bien".
Pictures of you, qué temazo. Re da Cure para el bajón, ¿no? Hablar de estos temas es un bajón. Oh hold for the last time, then slip away, quietly...
Te decía: doy todo. Y no espero a cambio lo mismo, que quede claro. Lo que sí espero es que no cruces la línea. Que no traiciones, loco. No me hagas lo que vos sabés perfectamente que yo jamás te haría. Esa es la línea. Si la cruzás, chau. Pero chau en serio. Ni olvido ni perdón: no tengo la grandeza que se requiere para olvidar y perdonar. Soy un talibán, en esto. Porque, decime vos si no, yo creo que si una vez cruzaste la línea, ya está, ya fue, ¿por qué no vas a cruzarla de nuevo? Y qué necesidad tenías de cruzarla, la puta que te parió...
No, no me importa quién sea. Hermano, tío, abuelo, amigo, compañero de laburo, Blancanieves... Da igual. Algunas traiciones son más dolorosas que otras, pero. Ni hablar.
¿Si me pasó muchas veces? Varias, sí. Qué sé yo, más de las que lógicamente podía esperar, teniendo en cuenta ciertas personalidades. Qué sé yo. Demasiadas, te diría. Y sueno como un boludo inflexible, pero como buen boludo estoy convencido de mis convicciones. Mierda, mandé dos palabras seguidas con conv. Convencido, convicciones. Ya que estamos: convexo, conveniente. Con veneno.
Bancame la digresión pelotuda. La necesitaba. También necesito más vino. Cómo me gusta el Cabernet.
Lo que pasa es que prefiero la soledad antes que caretearla, antes que bancar golpes bajísimos y tener alrededor un pequeño ejército de hipócritas entusiastas. No sirvo para eso. Bah, no quiero servir para eso. Elijo no servir para eso. Y no sabés lo bien que duermo.
Te planteo una situación: todos los días -para lavarte los dientes, para afeitarte, para peinarte- te mirás al espejo. Y no podés engañar a ese del reflejo. Espejo-reflejo es una rima que sólo le queda bien a Borges.
Puta que sos morboso, loco. ¿Un ejemplo, querés? Echale alcohol al tajo y después tirá un fosforito, total... Bueno. Te cuento la última. La última traición fue tremenda. De un dolor casi imposible de aguantar y aceptar. Y reparar. Por lo inesperado, sobre todo. Jamás se me hubiera ocurrido. Nunca la vi venir. Una amistad tan profunda... y así, ¡pif!, a la mierda, perdida por abandono. Pif, chau. Así nomás. Yo todavía no lo puedo creer.
¿Me estás cargando? Claro que lo hablé. Cómo no lo voy a hablar. Duramente. Dos veces lo hablé. Haciéndome cargo, incluso, como si. Una vez lo hablé el Día del Amigo, fijate vos qué ironía. La otra como un mes después. Y el tipo, Sí, sí, tenés razón, no sé qué pasó, no sé cómo pasó y luego pif, chau, a la mierda. Desapareció. Nunca más una palabra. Después de TANTO –porque, creeme, fue muchísimo. Ni siquiera fue capaz de decir las cosas en la jeta, de tratar de revertir la situación, de buscar un equilibrio, de acercarse mínimamente en uno de mis momentos más jodidos, de hacerse grande. Nada. Se borró por completo.
No te exagero: fue la decepción más grande de mi vida adulta.
Hace unos días les decía al Tano y a mi vieja, dramatizando un poco, que lo más probable es que termine solo. Es un escenario tremendo, una locura. Pero al menos tiene dos certezas confortables después de tanto dolor y tanta mierda: 1) yo no me voy a traicionar y 2) desde pendejo me acostumbré bastante a mi soledad, no le temo, la quiero bien. Y la soledad no me puede traicionar.
Eso creo.
En eso creo.
¿Muy patético lo que te conté? Daaaleeeeee... ¿Por lo menos te sirve de algo para tu trabajo práctico? ¿Sí? Bueno, me alegro.
¿Si me sirvió a mí? ¡El vino me sirve! Todo bien, loco, pero pará un poquito con tu mambo de psicoanalista. ¿Vos decís que lo necesito? Je, andá a cagar. Bueno, bueno. Te agradezco la onda, ¿eh? Cuando te recibas vemos, boludo. No me jodas ahora.
14 comentarios:
a mí me parece valiente tu posición. alocada ---porque viviendo en sociedad se complicaaaaaaa-- pero valiente. Tampoco me banco a los hipócritas y prefiero a los talibanes..
beso, L
JAJAJJA, terrible... qué manerita de empezar el lunes che...!!! Abrazo, talibán querdo
L: mirá, la verdad es que no sé cómo calificar mi posición. Pero es la que me sale. Beso.
Tincho: largo y pesado, lo sé. Perdón. Es que lo tenía atravesado desde hace unos días, ¿viste? Abrazo.
La traición es terrible. El dolor que produce en esa parte del cuerpo que no sé cuál es, no se va con nada. Se siente como si el alma doliera, y sólo en esos momentos paso a creer que tenemos alma. Porque en ninguna otra situación de la vida siento que tengo alma, viste? Cuando uno está feliz (porque no se "es" feliz, se "está" feliz)el alma no aparece. Es una compañera de los malos momentos.
creo ya limpiaste un poco el veneno sacándolo, ya sé...no sana, pero ayuda. Si lo dejás adentro te pudre, y no es necesario sea tan alto...el costo.
No acusaría de talibán la posición, creo hay espíritus -entre los que me incluyo como fiel leonina- no tenemos medias tintas para ciertos asuntos. Podemos ser muy generosos pero si alguien pasa el límite, despierta el fuego interior que es matería prima común. Agarrate ahi, porque nace algo que ni nosotros sabemos!
Con el tiempo nos 'amansamos', je, pero ya nada es igual.Con una excepción, la base que defendemos.Y es bastante difícil sobrevivir en la selva, por eso quizás esas sensaciones. No te encapsules, por ahi la amiga soledad te da una sorpresa y te toca el timbre al mediodía, para evitar que le gruñas de antemano. Si pasa antes por acá, quedate tranquilo te cae con Cabernet en mano, (una de las palabras más repetidas del blog). Te vas a reir, pero sabés que soy (medio)brujita... aunque no creas en nada de esoooo, algo de eso puede suceder.Jejejeje.
Besote,
Gurisa.
Juan Cruz: hmmm, el alma como compañera de malos momentos: nunca lo había pensado así. No estoy seguro de que me cierre la idea (tengo que masticarla más) pero a partir de ahora sospecharé de los que dicen "te quiero con todo mi alma". Por las dudas.
Gurisa: no entiendo muy bien qué predecís, "brujita". Sí sé dos cosas: 1) que siempre tenés la mejor onda y 2) que el veneno no se agota aunque vomites hasta que te duela la garganta. Cariños.
Perdonar es solo de almas nobles, de quienes tienen grandeza de corazón.......veo no es tu caso. La soledad no es buena compañera de viaje, ojalá no la elijas como opción de vida.
Yo a diferencia de tus demás "amigos" del blog no voy a dar crédito a tu forma de pensar ni de vivir, no la comparto aunque intentaré respetarla.....
Bueno, en mi caso aólo siento la existencia del alma cuando me duele. Está ahí.
Por lo menos, es una amiga de las buenas, porque aparece cuando más la necesitás (aunque sea para doler) y no es una oprotunista que sólo se asoma cuando tu vida es una fiesta.
Y si alguien te quiere con toda su alma, sos un afortunado, un bígamo, porque te acostás con ese alguien y con su alma. Cuac.
Yo tenía una novia que decía quererme con toda su alma y su corazón...no te imaginás lo que era eso! Otra que un ménage à trois.
Anónimo: pensé que en el texto quedaba claro, pero por las dudas repito: no tengo la grandeza de perdonar traiciones y no elijo la soledad como compañera de viaje, sino que la prefiero antes que ciertas compañías. Gracias por tu intento de respeto.
Juan Cruz: jejejeje, ¿y vos qué le respondías?
Me mato. Yo pensaba igual que vos, Hasta que la traicion vino de la mano de alguin de mi misma sangre. 5 años no le hable, sosteniendo la bandera de "no tranzo", hoy no es lo mismo, eso es cierto. Pero se me fue el dolor de la soledad por tenerlo lejos. A veces es mas alto el precio que se paga por no aflojar.
Bonito, el hombre no fue creado para estar solo. Siempre tenemos a alguien a nuestro lado y en nuestro corazón... aunque no sea un par para compartir la vida. Ese amor se manifiesta, vive y nos da vida en muchos otros que diariamente nos dignifican con su amor.
Te dejo un beso y fuerte abrazo.
Cecilia.-
Natys!: a la larga yo creo que es al revés: se paga más alto precio transando, porque si ya nunca será igual ¿qué sentido tiene?, ¿cómo convivir con eso?, ¿y para qué?
Cecilia: claro, estaba dramatizando -y así lo aviso- cuando hablaba de "terminar solo". Siempre hay alguien... menos mal. Beso grande.
Siempre me parecen un poco patéticas las confesiones...será porque las parctico seguido y mi Espejo/reflejo (me importa poco si le queda mejor a Borges) me detesta por eso. Y bue...qué más decirte. Perdonar o no perdonar, no se elige, se siente. No es voluntario. Es como decirle a un músculo involuntario "movete". Claro, no siendo TU SAM...y después de decir TU SAM me sentí tan patética que MEJOR ME VOY...como dice el BLUES! Besos AEZ. Animo!
Ani: te parece bien, yo soy bastante patético. Gracias por el inflador para el ánimo. Beso.
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