424. Franquito
Esta madrugada, cuando terminamos la tercera pinta de ale y nos despedimos, mientras atravesaba el calor y la avenida Alem pensé que Franquito no es más Franquito.
O sea: SIEMPRE será Franquito en algún ámbito y en alguna memoria, como yo sigo siendo Abelito y vos seguirás siendo algo-ito o algo-ita.
Lo que quiero decir es que Franquito no es más aquel pibe de 10-11 años y corte de pelo tazonado que llevaba la base de los Mini B de Liniers circa 1991 y al que yo desde el banco procuraba enfermar lo justo y necesario para que él saliera a la cancha a desayunarse los intestinos de los rivales.
Ahora Franquito es un chabón de 28, un graduado en Ciencias Políticas que te cita Weber de una, te sacude planteos muy piolas y te dice, por ejemplo, que en 2001 él era un ingenuo: que por eso estaba tomándose una cerveza muy tranquilo mientras el país se hacía mierda, se cargaba otra generación, se desvanecía un futuro imperfecto -pero futuro al fin.
Entonces: Franquito no es más Franquito y está muy bien, cero decepción; todo lo contrario.
Por fin una baldosa floja que no te deja puteando.
2 comentarios:
Se necesita:
1) Noche de luna llena.
2) Clima ideal.
3) Buena cerveza.
4) Conseguir a alguien que te brinde sus historias.
5) No interrumpir tanto.
Resultado:
Yo no más Franquito. Baldosafloja será entonces.
Baldosafloja: jejejejejeje, el punto cinco me matóoooooooooo... Hay que repetir, ¿eh? Abrazo grande.
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