794. Serie "Querido diario": Día 9: POTUS
(Desde Las Vegas)
(Foto: Reuters)
"White House Press Pool. Name: Abel 
Escudero Zadrayec. Affiliation: La Nueva Provincia. Date: 1/11/2012. 
Property of U.S. Government."
Yo fui testigo: al show de una banda de rock 
consagrada le sacás los bises y le agregás el Servicio Secreto y ahí 
tenés una imagen bastante certera sobre lo que fue la décima visita que 
hizo este año el presidente Barack Obama al estado de Nevada.
Lo demás estuvo: prensa nacional e internacional, miles de fanáticos, policías, merchandising, incluso desmayos.
El espectáculo se desarrolló bajo un sol 
desértico, otoñal pero aun brutal, en el complejo deportivo Cheyenne, 
ubicado en North Las Vegas, justo donde la burbuja inmobiliaria explotó 
como en ningún otro lado de los Estados Unidos. En esa zona da lástima 
la cantidad de casas vacías; algunas de ellas perdieron hasta el 80% de 
su valor de mercado.
"Forward!" fue la consigna. O sea: 
"¡Adelante!". Igual a la que enarbolaba el radicalismo cuando era un 
partido con posibilidades reales de ganar una elección.
El principal motivo del show fue arengar a la 
gente para que vaya a las urnas. Ya sea hoy mismo (porque termina el 
plazo para emitir el voto anticipado) o el próximo martes. Hasta ahora, 
el 46% de los nevadenses registrados ya eligió y Obama tiene 8 puntos de
 ventaja sobre el republicano Mitt Romney, de acuerdo con la última 
encuesta de NBC y The Wall Street Journal. 
Cuando el POTUS decoró el escenario hubo un 
estallido: 4.500 personas (según Al Nayola, director de Administración 
de North Las Vegas) se entregaron a una histeria colectiva tipo la que 
genera en las adolescentes el pibito ese Justin Bieber.
—Hoy sí —me dijo entonces José Antonio, un 
mexicano que es ayudante de cocina en uno de los principales casinos de 
Las Vegas.— Ya verás que hoy sí.
Pero no: no hay caso.
La comunidad latina representa un 25% de la 
población de Nevada, en las escuelas públicas es latino uno de cada tres
 chicos y la Evita demócrata, Longoria, dio un discurso previo 
resaltando su origen latino, pero no hay caso: ni ella ni Obama dijeron 
una sola palabra en castellano.
¿Tanto costaba darles una alegría a José 
Antonio y los demás hispanoparlantes? Tenían que verle la cara, pobre 
José Antonio, sudando la gota obesa, gritando "¡Cuatro años más!" 
mientras la multitud aullaba "Four more years!"...
Obama cautivó igual, con su presencia 
superestelar y su manejo de la oratoria: a lo predicador de TV por 
momentos, a lo amigote del barrio en otros, a lo estadista creíble casi 
siempre.
Yo fui testigo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario