lunes, 5 de noviembre de 2012

798. Serie "Querido diario": Día 12: Dolores

(Desde Las Vegas)

Dolores que extraño: si fuera eso, no me quejaría. Pero son otros dolores. Estoy resfriado desde hace 10 días, con la nariz tapada, tos, catarro, por ahí la cabeza me estalla, o la espalda me parte al medio y me obliga a caminar sacando pecho a lo Maradona. ¡La otra noche incluso soñé que me atendía María, mi médica de cabecera!
 

Como ya dije, creo que estoy somatizando y mi cuerpo se enfermó de laburo. Dame una sana vagancia antes que esta dignidad penosa.

Para empeorarla, está la diferencia horaria: eran cuatro menos acá y desde ayer a la madrugada son cinco. Por eso me estoy levantando tipo 7 (algo que detesto profundamente), así produzco algo y lo envío al diario antes de que cierren la edición. Para cuando termino ya se me escurrió el día.

Con este ritmo, llevo una semana en Las Vegas y todavía no pude ir a ningún espectáculo. Ni siquiera aproveché la piscina del hotel, en la que nadás cerca de unos cuantos tiburones.

Ah, y además no tengo plata. Muchos mediodías me vieron comprando una ensaladita piojosa por 5,99 dólares en un Walgreens y comiéndola en mi cuarto frente a la pantalla de la computadora.

Así que por el amor de Dios, Jesucristo, Jehová, todos los santos, Alá, Abraham, Zeus, Buda, Ganesh, Iemanjá, el Monstruo Espagueti Volador, Maradona, etcétera, según corresponda: dejen de mandar mensajes diciendo que me envidian. Manden condolencias o plata, mejor.

Hablando de condolencias y plata, el estado de Nevada, que permanece indeciso entre el presidente Barack Obama y el republicano Mitt Romney, es donde más se gastó para propaganda en el país: según un análisis de la National Public Radio (NPR), por cada adulto fueron US$ 5,94. Una ensaladita piojosa de Walgreens.

Eso implica que acá, veas lo que veas, escuches lo que escuches, leas lo que leas, te topás indefectiblemente, todo el tiempo, con las sonrisas y los ataques de Obama y de Romney.

-Ahí tenemos una coincidencia más allá del partido: la gente quiere que se acabe la propaganda -cuenta David Damore, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Nevada Las Vegas (UNLV).

-Uf..., la verdad es que tanto bombardeo pudre -me dice Justin Yurkanin, un colega del Review-Journal con el que viví la visita del POTUS y que el viernes me llevó a recorrer el famoso Strip-. Afortunadamente queda poco.

Tal cual, menos mal: faltan sólo unas horas para las elecciones. Mañana me enfermaré más cubriéndolas y el miércoles por fin tendré algo de tiempo libre. Claro que justo ese día ya me tengo que ir de Las Vegas: qué dolores... 

No hay comentarios.: