798. Serie "Querido diario": Día 12: Dolores
(Desde Las Vegas) 
Dolores que extraño: si fuera eso, no me 
quejaría. Pero son otros dolores. Estoy resfriado desde hace 10 días, 
con la nariz tapada, tos, catarro, por ahí la cabeza me estalla, o la 
espalda me parte al medio y me obliga a caminar sacando pecho a lo 
Maradona. ¡La otra noche incluso soñé que me atendía María, mi médica de
 cabecera!
 
Como ya dije, creo que estoy somatizando y mi 
cuerpo se enfermó de laburo. Dame una sana vagancia antes que esta 
dignidad penosa.
Para empeorarla, está la diferencia horaria: eran
 cuatro menos acá y desde ayer a la madrugada son cinco. Por eso me 
estoy levantando tipo 7 (algo que detesto profundamente), así produzco 
algo y lo envío al diario antes de que cierren la edición. Para cuando 
termino ya se me escurrió el día.
Con este ritmo, llevo una semana en Las Vegas y 
todavía no pude ir a ningún espectáculo. Ni siquiera aproveché la 
piscina del hotel, en la que nadás cerca de unos cuantos tiburones.
Ah, y además no tengo plata. Muchos mediodías me 
vieron comprando una ensaladita piojosa por 5,99 dólares en un Walgreens
 y comiéndola en mi cuarto frente a la pantalla de la computadora.
Así que por el amor de Dios, Jesucristo, Jehová, 
todos los santos, Alá, Abraham, Zeus, Buda, Ganesh, Iemanjá, el Monstruo
 Espagueti Volador, Maradona, etcétera, según corresponda: dejen de 
mandar mensajes diciendo que me envidian. Manden condolencias o plata, 
mejor.
Hablando de condolencias y plata, el estado de 
Nevada, que permanece indeciso entre el presidente Barack Obama y el 
republicano Mitt Romney, es donde más se gastó para propaganda en el 
país: según un análisis de la National Public Radio (NPR), por cada 
adulto fueron US$ 5,94. Una ensaladita piojosa de Walgreens.
Eso implica que acá, veas lo que veas, escuches 
lo que escuches, leas lo que leas, te topás indefectiblemente, todo el 
tiempo, con las sonrisas y los ataques de Obama y de Romney.
-Ahí tenemos una coincidencia más allá del 
partido: la gente quiere que se acabe la propaganda -cuenta David 
Damore, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Nevada Las 
Vegas (UNLV).
-Uf..., la verdad es que tanto bombardeo pudre -me dice Justin Yurkanin, un colega del Review-Journal con el que viví la visita del POTUS y que el viernes me llevó a recorrer el famoso Strip-. Afortunadamente queda poco.
Tal cual, menos mal: faltan sólo unas horas para 
las elecciones. Mañana me enfermaré más cubriéndolas y el miércoles por 
fin tendré algo de tiempo libre. Claro que justo ese día ya me tengo que
 ir de Las Vegas: qué dolores... 
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