lunes, 17 de noviembre de 2008

426. Autocrítica


N
o me gusta el automovilismo. No lo entiendo. Por ahí no me gusta porque no lo entiendo.

Excepto manejar, no sé nada de autos ni me importa.

El primer auto que tuve -un 3CV blanco, saltarín y vandálico apodado El Merengue- se me fundió porque yo ni enterado estaba de que de vez en cuando le tenía que poner agua. Ni sé por dónde se le pone agua a un auto.

Por eso me sublevan los que sienten el auto como si fuera una extensión del pito. ¡Madre mía, hay tipos a los que se les para cuando un caño de escape los deja sordos! ¿Y los que se gastan el doble de lo que vale el auto para tunearlo? Que se vayan todos al carajo, caminando.



No entiendo el automovilismo en tanto deporte. No entiendo, por ejemplo, qué tiene de atractivo dar 329 vueltas por el mismo circuito.

Pensaba en eso cuando el sábado entré en el autódromo de Aldea Romana y vi un montón de gomas apiladas.

-¡Mierda que se gastan! -le dije a Diego Gandini, un compañero especialista en fierros.

-¿Por?

-Porque están todas lisas.

-Son así, Abel -me dijo Diego, sin decirme "idiota" porque es un caballero y porque ya no hacía falta-. Las que tienen dibujo se usan sólo cuando llueve.


Fui porque un pibe de Bahía salió campeón en la Clase 2 del Turismo Nacional (sic; nadie me supo explicar qué tiene de "turismo") y entonces en el puntocom del diario vamos a hacer un especial multimedia.

Mi única experiencia anterior con el automovilismo había sucedido varios años antes, cuando me mandé a una carrera de Midget -categoría que en Bahía explota. En la largada nomás se estrelló en mi jeta un contundente cacho de barro.

-Esto es indigno -dije, y me retiré auto(cuac)máticamente.


Esta vez aproveché la credencial y estuve en boxes, charlé con muchos fierreros evangelizadores, quedé impresionado y básicamente asqueado por el ruido que hacen esos bichos, se me incrustraron en las retinas los culos de las promotoras, me divirtieron los palos y los trompos.

Y no me gustó. Y sigo sin entender.

Pero estoy seguro de que el problema soy yo, ¿eh?

16 comentarios:

Fodor Lobson dijo...

No se haga drama. A mí no me gusta el fútbol.

alejandro dijo...

JJJAAAA!!!
Yo he visto como a muchos se les para viendo los 3 relojitos en vertical sobre el parante del lado del conductor...
Y he visto otros tantos como han acabado mirando el reloj grandote de ...Nitrógeno? Creo...!!

Anónimo dijo...

Es verdad.

Los car freaks son incomprensibles.

Engrosan mi lista de freaks, junto con los fanáticos de Joe Satriani, Star Wars, el Animé, las medias a rombos tom y con esos orientales que compran bombachitas usadas por correo.

Anónimo dijo...

Abel, no es necesario entender. El automovilismo es una pasión y las pasiones no se entienden. Bien dicen que el corazón tiene razones que la razón nunca entenderá. Quizás esa puede ser la explicación.

Anónimo dijo...

jejeje!!y mínimo, aprendiste a cambiar una cubierta?
coincido con no encontrar sentidos
a tantas vueltas que te mareas. creo tiene un poco que ver con la adrenalina que les produce correr y a los observadores, con subirse a la fantasía de lo que no pueden o no se animan, je...se me ocurre.
Ahora tiene que ver con las pasiones de cada quien, no me va esto como tampoco me banco 3 minutos de golf porque me duermo. Tampoco me detuve para entender algo. Y por qué autocrítica? tiene que necesariamente gustar?

Beso,
Gurisa.
p.d. Si me gustan los autitos chocadores y karting, pero ahora no se si entro en alguno,sniff. Aguante piragua y kayac, por el momento...fieles compañeros de travesía!

AEZ dijo...

Fodor Lobson: ¡pero de qué planeta viniste, barrilete cósmico!

Alejandro: ah, los relojitos son todo un tema. ¿No hay uno que es un pajerómetro?

León: jejeje, ¿orientales que compran bombachitas usadas por correo? Explicá eso, por favorrrrrrrrrrrrrr...

Diego Gandini: usted, como dije, un caballero. Gracias por la experiencia y la paciencia.

AEZ dijo...

Gurisa: es que nunca pinché... (Cuac.) Y me extraña, ¿cómo justo usted no cazó lo de autocrítica = crítica sobre auto? ¡¡Aguante la piragua!! Cariños.

Matías dijo...

Estoy de acuerdo en todo, menos en que el problema sea que uno no entiende nada. Uno no entiende nada porque no hay nada que entender. Propongo abolir el automovilismo y todos sus derivados. Puaj.

AEZ dijo...

Matías: tu muestra de tolerancia es MUCHO más abrumadora que la mía, jejeje.

Anónimo dijo...

Sobre gustos . . . . ya que habla de una pasión para muchos, la mia como la suya tambien es el fútbol y no se porqué o si, el domingo festejé el triunfo del millo y me acordé de ud.
Un abrazo
Charles

AEZ dijo...

Charles: ¿de qué Charles estamos hablando, si se puede saber? Gracias por el recuerdo: yo también disfruté ayer porque sin el histérico de Simeone POR FIN jugamos ALGO al fútbol... Abrazo.

Anónimo dijo...

Velaustegui

Anónimo dijo...

jejeje, ya me di cuenta, ayer fue un día en el que no se si desperté, sepa disculpar, a veces suele suceder...
beso,
Gurisa

AEZ dijo...

Charles: ¡grande, ya pensaba que habías olvidado este espacio! Un placer que te des una vuelta de vez en cuando y dejes tus impresiones. Abrazo.

Gurisa: ya me parecía...

Anónimo dijo...

Me parece que el 3cv se te fundió porque le echaste agüa. Debe ser el único auto que no lleva agua, utilizan un radiador de aceite.

AEZ dijo...

Aguante el Citroën: ah, entonces fue que no le puse aceite. Sólo recuerdo que "algo" no le había puesto... Gracias y saludos.