viernes, 19 de octubre de 2007

164. The formal dinner I

(Desde Oxford)

My friend Yao se la pasó todo el camino hasta el Green College gritando:

-Twentyyyyyy fiiiiiiiive!!!

Ocasionalmente agregaba: Crazy, crazy!

-Tenemos que hacer valer lo que nos cobran por esta cena formal, my friend Yao -le decía yo.

-Yes. My lucky Abel.

-Tenemos que emborracharnos.

-Yes. Twentyyyyy fiiiiiiive!!! -repetía el chino, se golpeaba la frente con la mano derecha, se moría de la risa.

-Sí, por eso: hay que emborracharse.

-Yes. And girls!

-Primero el vino, después las mujeres.

-Twentyyyyyyy fiiiiiiive!!!


La cena era a las 20 en el primer piso del observatorio Radcliffe. A partir de las 19:30, en un salón de la planta baja, se juntaban los comensales a tomar vino blanco o jugo de naranja, y a conocerse.

My friend Yao se abalanzó sobre la mesa, cazó una copa llena, se la bajó de un saque, agarró otra, se dio vuelta, me miró, la alzó y en una carcajada dijo:

-Twentyyyyyyy fiiiiiiive!!! Wine!!! Girls!!! My luckyyyyyy Abel!!!

Después, en un susurro alcoholizado me contó que por las 25 libras que nos iba a costar la cena, en China podés hacer una fiesta para diez personas.

-¿Con o sin gatos? -le pregunté.

-What? -dijo, y empinó de nuevo-. Twentyyyyyyy fiiiiiive!!!

Tenía pinta de ser una laaaaaaarga noche.


(Continuará.)

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