164. The formal dinner I
(Desde Oxford)
My friend Yao se la pasó todo el camino hasta el Green College gritando:
-Twentyyyyyy fiiiiiiiive!!!
Ocasionalmente agregaba: Crazy, crazy!
-Tenemos que hacer valer lo que nos cobran por esta cena formal, my friend Yao -le decía yo.
-Yes. My lucky Abel.
-Tenemos que emborracharnos.
-Yes. Twentyyyyy fiiiiiiive!!! -repetía el chino, se golpeaba la frente con la mano derecha, se moría de la risa.
-Sí, por eso: hay que emborracharse.
-Yes. And girls!
-Primero el vino, después las mujeres.
-Twentyyyyyyy fiiiiiiive!!!
La cena era a las 20 en el primer piso del observatorio Radcliffe. A partir de las 19:30, en un salón de la planta baja, se juntaban los comensales a tomar vino blanco o jugo de naranja, y a conocerse.
My friend Yao se abalanzó sobre la mesa, cazó una copa llena, se la bajó de un saque, agarró otra, se dio vuelta, me miró, la alzó y en una carcajada dijo:
-Twentyyyyyyy fiiiiiiive!!! Wine!!! Girls!!! My luckyyyyyy Abel!!!
Después, en un susurro alcoholizado me contó que por las 25 libras que nos iba a costar la cena, en China podés hacer una fiesta para diez personas.
-¿Con o sin gatos? -le pregunté.
-What? -dijo, y empinó de nuevo-. Twentyyyyyyy fiiiiiive!!!
Tenía pinta de ser una laaaaaaarga noche.
(Continuará.)
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