335. BelFAST FOOD (2)
[Como me quedó atragantada una tonelada de historias europeas, a partir de ahora voy a ir tirando una que otra. Arranco con Belfast, la capital de Irlanda del Norte, por dos motivos: 1) es un lugar que me fascinó, pese al áspero arranque que tuvo nuestra relación, y 2) ya la tenía escrita.]
Las correspondencias serían más o menos así:
Rojo, blanco y azul---> unionistas---> británicos---> leales a la Corona---> protestantes
Naranja, blanco y verde---> nacionalistas---> irlandeses---> republicanos---> católicos
Belfast es una ciudad bonita.
Relativamente pequeña (tiene menos habitantes que Bahía: no llega a 300.000), Belfast está atravesada por el río Lagan y es donde en 1912 se construyó el Titanic y donde llueve sin que en el cielo haya una sola nube porque el viento trae las gotas desde las montañas.
Pero sobre todo es una ciudad sentada sobre trinitrotolueno y nitroglicerina: 99% de la población es blanca, y una mitad es protestante y la otra, católica. A la menor chispa puede irse todo al carajo. Todo: el cese del fuego y el acuerdo de paz del 98, las imponentes iglesias, el Hotel Europa, los buenos modales, el arte y los tarros de pintura.
-Ahora está todo tranquilo. Bah, eso parece. Uno nunca sabe acá. Ah, la estupidez humana... -me dice Charles, 71 años, canoso, pálido, las venitas de las mejillas a punto de estallarle como irlandés que sale del pub.
Me dice, a la salida de un pub, que canta en un coro católico y que nunca tomó partido. Porque acá, además de cerveza, se toma partido: y cuando te descuidás se toman las armas y se toman vidas ajenas.
Me dice, a la salida de un pub, que canta en un coro católico y que nunca tomó partido. Porque acá, además de cerveza, se toma partido: y cuando te descuidás se toman las armas y se toman vidas ajenas.
En las calles de Belfast se respira la división. Se siente. Y se ve.
No se esfuerzan por convocar a la sutileza: hay cordones de veredas coloreados de rojo, azul y blanco muy Union Jack; hay negocios donde flamea la tricolor irlandesa y ni se te ocurra entrar luciendo la remera de Lutero.
No se esfuerzan por convocar a la sutileza: hay cordones de veredas coloreados de rojo, azul y blanco muy Union Jack; hay negocios donde flamea la tricolor irlandesa y ni se te ocurra entrar luciendo la remera de Lutero.
Ahora, lo más interesante es cómo se ve en las casas y en los paredones; cómo los dos bandos también discuten desde la creatividad muralera.
Bando 1
Bando 2
4 comentarios:
Jaja, me parece que alguien ya se aburrió de este gris país y se puso nostalgioso con los pasados viajesss!
Que te sea leve, éibl.
=*
SOY UNO DE LOS ALUMNOS DEL I.S.C.C.S Y UNO DE TANTOS ELLOS QUE TE HAN ESCRITO PARA INFORMARTE SOBRE SU BLOG. TE ESCRIBO PARA QUE Lo TENGAS EN CUENTA YA QUE SOS EL QUE NOS ABRIO LOS OJOS CON ESTE TEMA.
MUY BUENO EL ARTICULO. DEMUESTRA QUE LA MISERIA HUMANA ESTA EN TODOS LOS RINCONES DEL MUNDO MAS ALLA DE LA BELLEZA QUE INTENTA TAPARLA. MUY INTERESANTE.
Muy buena tu historia, y me encanta la idea de que nos vayas contando de esta forna tu tremenda experiencia. Que viajecito te hiciste..jaja
Seelvana: nooooo, te pareció nomás. ¡JA! Beso.
E.B.: gracias. Ya me di una vuelta por tus ciberpagos y repito: gracias por darme bola.
La rubia: me alegra que te gusten estas pequeñas historias. Se vienen más, prometo. Beso.
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