152. No me pisés el césped
(Desde Oxford)
Sophie me dijo que conocía a una argentina que estudia acá. Le pasó mi correo, me escribió (se llama Jimena), charlamos por Skype y nos pusimos de acuerdo para encontrarnos en el centro, tomar unas birras, ver el partido de Los Pumas contra Escocia y decirnos boludo y boluda un poco, para no extrañar tanto.
Entonces tan pronto terminó River-Boca me fui (extasiado por semejante paliza) hasta el McDonald's de la peatonal. Como Jime no había llegado, me puse a buscar un pub donde aceptaran tarjeta de crédito porque andaba sin una moneda.
Entramos justo después del try de Longo, y había bastante silencio y demasiada gente. Pero vi que había una mesa libre al ladito de la pantalla gigante. De una silla colgaba un pulóver, pero el enjambre de rubios que escabiaban alrededor me aseguró que el resto estaba libre.
Nos acomodamos, pelé temeraria camiseta argentina y quisimos pedir algo de comer, pero la cocina había cerrado. En fin: ella, sidra y yo, cerveza.
-¡Argentinos! -dijo un argentino, y se sentó donde colgaba el pulóver. Justo. Así que éramos tres aguantando los trapos, gritando con huevo, agitando la victoria en medio de 150 británicos de caballerosidad borracha. Qué lindo.
Jime tiene 32, es socióloga, labura en una agencia multinacional de medios y se vino a hacer un posgrado en Innovación. Luis, el pibe del pulóver, acaba de cumplir 28, recién arranca su maestría en Administración de Negocios (MBA) y resulta que es hijo del abogado, periodista y escritor José Ignacio García Hamilton.
Hoy todos los fellows fuimos a conocer al director del colegio de graduados al que pertenecemos, el Green College de la Universidad de Oxford, y también tuvimos que presentarnos. Como yo estaba a la izquierda del hombre, y se le ocurrió empezar la ronda por su derecha, quedé último.
Cuando le tocó al colega georgiano, que se llama Revaz Sakevarishvili y se pronuncia como se pueda, el director le recordó que su equipo nacional tuvo un paso efímero por el Mundial de Rugby Francia 2007. (Yo lo había jodido con lo mismo la primera vez que me lo crucé, pero a Revaz el rugby le importa tres pitos: dijo yes, yes y sonrió.)
-Yo soy Abel, de Argentina -dije a mi turno-, y mi equipo sí anda muy bien en el Mundial.
Mis compañeros soltaron la carcajada porque ya saben que me encanta exacerbar el orgullo nacional: la argentinidad al palo.
-¡Maravilloso! -me contestó el director-. Deberíamos ver el próximo partido juntos.
Después de pensar cualquiera, recordé que en su presentación había dicho algo de Sudáfrica. Que había vivido en Sudáfrica. Que, de hecho, era sudafricano: se trataba de Colin Bundy, uno de los principales especialistas en ese país, doctor of course, fanático del rugby, un "caballero de la vieja escuela" según lo etiquetó el diario inglés The Guardian.
Bundy nos describió lo particular que es la universidad, con sus 39 colleges independientes. Y nos contó que en el Green College se conserva el más antiguo registro de temperatura, ininterrumpidamente desde fines del siglo XVIII.
También nos mostró una foto de sus épocas de estudiante acá. Ubiqué en su promoción a Bill Clinton, y por joder le pregunté si el presidente norteamericano había terminado sus estudios: "No. Hizo cuatro de cinco períodos". Peor estuvo Richard Danbury, el de la BBC, que le tiró: "¿Y es cierto que aspiraba?". El que ríe otorga, así que Bill, querido, además de tener feo gusto con las pasantes, me queda claro que te la tomabas toda. Igual te re-banco. ¿A cuánto el mogra?
Tras la reunión visitamos el majestuoso observatorio Radcliffe, que funcionó como tal 160 años a partir de 1773 y desde cuya cúpula se obtienen unas impresionantes vistas de la ciudad. Por una de las ventanas lo vi a Bundy dirigirse a su despacho (¡¡¡horror!!!, eso no se hace mister warden) pisando el césped inmaculado, ideal para un picadito. A mi lado estaba Meera Selva, del diario The Independent. Ella también lo vio. "Acabo de decidir -le dije- que voy a ser warden, así puedo jugar al fútbol en esos jardines con mis amigos."
3 comentarios:
Impresionante! que lugar! que historias!
Abrazo
Kiuman: gracias, capo. ¿Querés presidir el equipo de groupies? Abrazo grande.
Querido K (y nada pero nada que ver con nuestro siniestro Sr. K): si vas a aceptar la propuesta no te olvides que groupie deriva del griego antiguo grupeteaem. Por supuesto, como todo groupie, rendirías pleitesía al dueño del blog.
Paquinho
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