192. Balance bimestral, parte 1
(Desde Oxford)
Ya pasaron, volaaaaaaaaaaaaando, dos meses desde que me instalé acá y por lo tanto me parece pertinente (?) esbozar un panorama de dónde estoy. Sale con fritas.
-Vivo en una residencia para estudiantes extranjeros llamada North Oxford Overseas Centre (aka NOOC), en el 107 de Banbury Road, código postal OX2 6JX, Oxford, United Kingdom. (Va dirección completa por si alguien quiere mandar, no sé, un choripán o una carta-bomba.)
-Está bien el lugar. Es un caserón victoriano típico. Cosmopolita a la fuerza, prolijo, extrañamente apacible. Como espacios de uso comunitario hay una sala de estar con TV, DVD y libros, una cocina grande, un lavadero con máquinas a monedas ($ 8 el lavado, $ 5 el secado), un patio y estacionamiento para bicis y autos.
-Mi pieza es la N y queda en el primer piso. Tiene medidas carcelarias (maso, 4x1,80) y un lavabo, un ropero, una cama, una cajonera, un escritorio, un sillón, una silla, una estantería y menos onda que la pena de muerte. Encima, tengo que escuchar a los cuervos y al yanqui pelotudo que vive al lado.
-El NOOC está regenteado por una fundación cristiana que busca, sic, "glorificar a Dios y demostrar Su Amor de manera práctica". Una de las maneras prácticas que encontraron es dejarte de prepo una Biblia sobre la mesa, junto a un paquete de bienvenida con algo de morfi y una invitación para que te sumes a sus actividades a-pa-sio-nan-tes: cadenas de oraciones, análisis del discurso parabólico de Jesús... Pucha, todavía no pude ir a ninguna. Juré hacerlo cuando el peso argentino valga igual que la libra: ese día, alabado sea. Pero mientras tanto, soy un tipo de palabra. La palabra es NO. Y no diría que me miran como hereje, pero me miran como hereje. Espero que no sea porque me devoré el morfi de bienvenida sin culpa.
-Al llegar te asignan un estante en el freezer y otro en la heladera, más dos pequeñas alacenas. También te dan una taza, un vaso, platos, cubiertos y una serie de cosas que supongo sirven para cocinar y por supuesto juntan polvo porque, ya saben, yo ni idea. Desconozco qué haría sin el microondas. O sí: moriría al toque por una explosión de gas o lentamente de inanición. Los cuervos harían fila. ¿Y vos de qué te reís, yanqui pelotudo?
-En la residencia hay gente que de hecho se llama Jiweon (un coreano con pinta de Playmobil que cursa un MBA), Siddharth (un indio de pelo largo y bigote marca Apu Nahasepeemapetilon que hace un posgrado en ingeniería de sistemas y sólo susurra) o Kal (una somalí-holandesa islámica y bioquímica). Gente que de hecho no sabe nada de la Argentina, excepto tango/Maradona/Che. Gente que de hecho madruga y se pone a estudiar su burbuja.
-Eso sí, todos tienen que ser capos-capos. Si tuviera que definir a Oxford en una línea, sería esta: es una ciudad atrapante, elegante, babelística e intelectual, donde te cruzás con tipos que por ahí mañana te ganan un Nobel sin querer queriendo. (Por elementales razones demográficas, se perfilarían mejor los chinos y los indios: debe de haber dos de ellos por cada uno del resto del mundo. Fácil.)
-Un húngaro me persigue. Se llama Mario, tiene 20 años y estudia teología. Te lo digo por enésima vez, hermano: 1) no me vas a convencer de que crea en Dios, no insistas más y 2) no me vas a convencer de que me gusten los pibes, no insistas más. Todo bien con vos y tus contradicciones y tus batallas íntimas pero cortala, hinchapelotas. Hacete humo, dale, va, va...
-Hablando de eso: estoy fumando menos. Allá me clavaba unos 15 puchos por día y acá promedio cinco o seis. Por empezar, cuido las reservas de Parliament como quien cuida su culo de un húngaro persistente. Primero, porque son los cigarrillos que me gustan y los británicos no los producen, y segundo, porque un atado de Marlboro (¡puaj!) cuesta 5,60 libras: o sea, unos 35 pesos; o sea, un poco más de lo que cuesta un cartón en la Argentina; o sea, te asustan.
-Y después está el temita de la prohibición. Ni siquiera se puede pitar en la estación del tren, al aire libre. Se fueron al carajo. Bueno, no tanto como los yanquis pelotudos que con la sutileza de hipopótamo que los caracteriza, por ejemplo, en la terminal de micros de Louisville (Kentucky) te ponen el sector de fumadores afuera, sobre la avenida Muhammad Ali, justito enfrente del edificio de la Sociedad Norteamericana del Cáncer... O como los brasileños, que pegan en el reverso de cada paquete una foto de una mina moribunda, entubada, deformada. Acá el cartel dice, bien grandote, "FUMAR MATA". Y yo contestaría: OK, sí, pero también vivir mata, la puta que te parió, mientras vos no te fumes mi cigarrillo dejame en paz con mis placeres viciosos, igual nadie te garantiza que vas a llegar a los 90 si no fumás, te puede pisar un auto o partir un rayo o te puede agarrar desprevenido un húngaro persistente, y de última, ¿para qué quiero vivir 90 años sin vivir lo que tengo ganas de vivir y muriendo cada día? Pero, uh, ahora yo me fui al carajo.
-Como dije, mi pieza carcelaria está en un primer piso de la residencia cristiana denominada NOOC. Que es una casa de Dios donde, claro, fumar es pecado. Pero por las dudas de que Él con Su Generosidad Todopoderosa haga la vista gorda, los techos están repletos de sensores de alta tecnología: si una mosca pasa cerca y se tira un pedo, salta una alarma inhumana. Lo digo porque probé. (No, no cacé moscas y les di porotos para que se desgracien a discreción. Pero qué grosso sería: The Farter Fly. Aunque una pedorrada así no me daría el Nobel, haría fortunas.) Bueno, la cuestión es que suena y sonaste. Y muchas veces no da bajar y chupar frío por un puchito.
-Por eso diseñé una pirateada (también, para estar a tono con la cultura local). Al anochecer apagaba la luz, abría un poco la ventanita y pitaba a oscuras, tapando la brasa. Siempre tenía a mano una moneda de dos peniques: si alguien aparecía, apagaba el cigarrillo rápida y silenciosamente.
-Funcionó hasta el lunes, cuando me pasaron una nota por abajo de la puerta. Estaba dirigida a "todos los residentes" y la firmaba la administradora del NOOC. Decía que, "según algunas informaciones" (parece que está en todos lados, nomás) se había detectado humo en el edificio. Y recordaba amablemente las reglas y las sanciones, onda Ojo con el infierno, no jodas.
-Charlé del asunto con dos o tres compañeros, pero ninguno había recibido la nota. ¡Ajá! Me agarraron. Estoy tratando de descubrir cómo. Alguien vigilanteó mal. Y no creo que Él les haya mandado un Correo Celestial: un dios buche no garparía 2.000 años. Seguro que fue uno de sus fieles. No, Mario el húngaro persistente no: su hinchapelotez engorda con la esperanza, y no podría sepultarla bajo una acción tan alcahueta. Mi sospecha tiene nombre y apellido: Yanqui Pelotudo. Desde el martes el chabón me saluda como con culpa, me desvía la vista. Fucking button, pedazo de ortiba imperial: no sabés la que te espera. Vas a ver. Ahora te mando las moscas pedorras.
15 comentarios:
jaaaaaaaaaaaaaajjjaaajajajjajjjjjaaaaaaaaaaaaaaaa me matoooooooooooooooooooooooooo jjjjjjjajajajajajajaja ya me lo imprimo pa reprtir!!!!!!!!!!
que gracioso que te quiera empomar un húngaro...by the way, no había un periodista bahiense Victor Húngaro??
pd: esta mierda de google/blogger no me deja poner mi blog, putos del orto. Aguante Wordpress.
Buena, muy buena catarsis, pero sabemos que estás disfrutando como un lord mayor, mi estimado. Digo: NO quiero que termines convertiéndote en el Gregory Samsa de Kafka. Te queremos abel, te queremos.... entero.
Como se repite -por estos días- en la casilla fopeana “cuenta conmingo” para devolver los favores al yanqui. Por buchón podría mandarle una pizza con cenizas de marlboro y moscas tucumanas para el postre. No le aflojes al Mono Mario que tienes rondando cerca, ni siquiera por un Parliament. Sobre las prohibiciones no te hagas tanto drama. Aquí, en esta provincia tan chiquita como tu habitación, también está prohibido fumar, pero nadie se anima a quitarme el pucho cuando estoy en el baño. Lo que sí jode es que la prohibición hace estragos con mis amigos. Algunos hacen spinning; otros caminan con un chupetín en la boca como los chicos en el recreo y, para colmo, presumen que llevan XXXX días sin hacer una pitada. Buaaaa.
Así como Manu estira los dedos para envolver la pelota, aférrate al teclado con esa ENORME pasión... tal vez mañana aparezcas entre los tipos que suenan para el Nobel. Le pongo mis fichas, compañero. Salud!!!
jajajajajaja
Gracias por las risas anónimas.
Miriam/tucumano: ya me parecía que eras vos, fenómeno.
Tranqui, nada de Samsa. Ya pensaré en algo para llenarle el buche al yanqui. Y yo me aferro, nomás, pero vos no tirés las fichas...
Un honor tenerte por acá: no te esfumes. Abrazo grande.
primero un sunchalense, ahora un hungaro.....por dios mira que dicen que no se vuelve....y yo quiero bienvenida jajaja
Un hungaro?, mira que en invierno cualquier augujero es trinchera
Anónimo 1: para "no volver", rubia, primero tendría que haber ido. Y no hay manera. Después de la bienvenida vas a pedir perdón, jejejeje.
Anónimo 2: ah, desconocía que ser o no gay tenía un componente estacional. Pero imagino que vos sabrás de lo que hablás. Éxitos en tus trincheras.
laovejabala: no, no es gracioso AT ALL. Y sí, todavía hay, pero es Úngaro sin hache.
Yo te pongo el blog, no rezongues: http://recopla.wordpress.com
mmmm...cuanto prejuicio por acá, jejej,mon dieu!! mira las cosas que provoca el húngaro...en cuanto a ud, me extraña,je. de que se defiende? y (respeto) no le cabe la propuesta, ahora como sabe si nunca fue, que 'no hay manera', posibilidad de..., digo no?..hey no es una invitaciòn a...,je.Igual siempre -deseo mediante- podemos volver, siempre... Abrazo.
Cuántas bienvenidas le tocan Mr.
El balance muy bueno. A la espera de la 2ª parte.
Gurisa: sólo sé que sé, no preguntes cómo. Beso.
Anónimo: ¿cuántas bienvenidas hay? Gracias.
Mira querido felicito al yanqui!!!, le estabas jodiendo sus principios constitucionales. Que no te qupa ninguna duda yo huebira sido su amigo, solo para romperte la pelotas.
Ahora lo que si, yo, Abel, en tu caso me andaria con mucho cuidado, sabiendo quien es y de donde es, no vaya sa ser cosa que pele chumbo, no se..., viste que son heavis estos, tienen cara de Nerds, pero no en el fondo son muy heavis.
Nos vemos el Lunes por la noche, con unos vinachos, y sin alarmas (eso si con un balcon, que ahi te podes congelar mientras fumas...jejeje), abrazo!
¿Billups al húngaro? iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
El saboteador de asados: no sabotees, loco; si no, pasás a ser más buche que el yanqui pelotudo, jejejeje.
Nos vemos mañana en Londres. Abrazo grande.
Boya: ni a palos. Pero si querés, te lo presento.
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