lunes, 24 de diciembre de 2007

213. Escocia on the rocks

(Desde Oxford)

Mi espíritu navideño es como la expectativa de que la inflación en la Argentina durante 2008 sea menor al 10%.

Cero. Una pavada.

Estoy solo en una ciudad inglesa fantasma: casi todos los 20.000 universitarios que le dan vida se las tomaron para pasar las fiestas en sus casas.

Y los que se quedaron fue por alguna de estas razones: 1) son locales, 2) son tipos sin un mango, 3) son laburantes, 4) son menefreguistas, 5) son chinos.

Por ejemplo, My friend Yao se quedó. Hace un rato charlamos y me convenció de que fuera a la cena de Nochebuena que organizan los administradores cristianos de la residencia. No quería ni a palos. Incluso prefería pasarla con una pizza en mi pieza carcelaria y después arrancar a un pub o algo así. Pero My friend Yao me tiró con una sonrisa Would you join me? y qué le iba a decir.


Ya bastante tenía el pobre con su situación china. Como ya conté, andábamos pensando en hacer una escapadita para aprovechar los vuelos increíblemente baratos y el tiempo libre que resta hasta el comienzo del próximo período universitario, el 9 de enero.

Mis ideas eran tres:
1) Bratislava (Eslovaquia), Viena y Salzburgo (Austria),
2) Palma de Mallorca y
3) Monte Carlo (Mónaco), Saint-Tropez (Francia) y Barcelona (para visitar a Pepe Sánchez).

Pero resulta que los chinos sólo pueden visitar dos países de Europa sin la obligación de sacar visa: Suiza -cuándo no...- y ¡¡¡Liechtenstein!!!

Y My friend Yao podría conseguir sin problemas la visa Schengen -que te habilita para andar libremente por 13 de los 25 miembros de la Unión Europea y dos integrantes del Área Económica-, podría, digo... si las embajadas laburaran en estos días.

La cuestión es que para rajarnos sin contratiempos hace un rato definimos ir a Escocia del 1° al 8 de enero: volamos por 15 libras ida y vuelta a Glasgow (donde espero ver a Bere Stortoni) y vamos a pasar unos días a Edimburgo.

-We make good deal, mi amigo -dijo, textual, My friend Yao: de a poco se le anima al castellano. Es un fenómeno. Aunque a veces no le entienda nada de nada.

Qué importa: hagamos sonar las gaitas y clavemos algún scotch, mi amigo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hijo de puta, te vas a Escocia a tomar "de la casa"... Sana envidia (mentira, no es sana, es solo envidia)

AEZ dijo...

laovejabala: envidiá tranqui; me consta tu atracción sana por el whisky. Pero ya nos escabiaremos en otras latitudes, hopefully. ¿No tenés algún viajecito europeo en agenda? Abrazo.