121. Spa... ra tanto
Fue tal la emoción por la graduación de Giselle, que para recuperarme tuve que ir a este spa en Cariló:
Bueno, en realidad se trató de un viaje que habíamos planificado con los pibes porque hacía mil que no podíamos rajarnos los cuatro (Andrés, el Tano, el Buda y yo) y porque ya se huele un cierto clima de despedida y porque nunca viene mal liberar estrés y porque mañana el Buda cumple años.
Bueno, en realidad se trató de un viaje que habíamos planificado con los pibes porque hacía mil que no podíamos rajarnos los cuatro (Andrés, el Tano, el Buda y yo) y porque ya se huele un cierto clima de despedida y porque nunca viene mal liberar estrés y porque mañana el Buda cumple años.
Apenas llegué de Buenos Aires, el viernes, fui al diario, y a media tarde agarré el auto, pasé a buscarlos y cerca de la medianoche estábamos descorchando un vino y prendiendo el fuego en la parrilla del balcón de una bellísima cabaña con dos TV, cable, DVD, videocasetera, hidromasaje, mesa de pool, Internet, calefacción, heladera con freezer y microondas ubicada en una alucinante, onírica villa tirolesa construida en el punto más alto de Cariló.
Y enfrente, como parte de los servicios del complejo, un centro de rélax total: pileta climatizada, jacuzzi, gimnasio, sauna, baño finlandés...
Así que con razón me olvidé de actualizar el blog. Y chau.
2 comentarios:
Yo me hubiese olvidado hasta de volver a casa, jajajajaja
A nosotros no nos faltó mucho, eh.
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