38. Capital del Básquetbol (parte 3)
Excepto cuando un partido termina a las 2 de la mañana (y no sé...), la información sale sí o sí al día siguiente: siempre se espera, porque se espera siempre que en La Nueva Provincia esté. Y está.
Lo que dejé en el tintero después de esto y esto para redondear naranjamente el panorama general por el que Bahía Blanca=Capital del Básquetbol, es algo a lo que tengo el honor y el orgullo de pertenecer y la responsabilidad y el deber de defender: el periodismo bahiense.
Me animo a sostener que en ningún diario del mundo se le da, en proporción, tanta atención y tanto despliegue al básquetbol como en La Nueva Provincia. Y no me vengan con algún diario deportivo, porque sería una comparación viciada (aunque habría que ver, igual).
Porque acá se disputa una fecha del torneo de segunda división local y van cinco tipos a la cancha a cubrir y al otro día se publica una página sábana completa-completa con fotos y todo. Y así sabés cómo se desarrolló el juego, tenés las síntesis estadísticas de cada uno, te enterás de que equis equipo tuvo 22% en triples y 49% en dobles y 24 pelotas perdidas y que el jugador Mengano salió con una entorsis de tobillo derecho luego de bajar seis rebotes (dos en ofensiva) y anotar 12 puntos con 65% de campo, más tres recuperos y una tapa, y que jugó preocupado porque esa tarde llevó al perro Bubu al veterinario y parece que el pobre tiene parásitos; el perro, el animal, no Mengano.
Además, en los partidos de Liga hay al menos tres reporteros: un comentarista, un apostillero y un entrevistador. Y uno de nosotros siempre viaja para acompañar a los equipos bahienses que juegan fuera de casa.
Yo nunca formé parte efectiva de la sección Deportes, aunque me siento parte desde que entré en el diario porque hasta hoy (más de 15 años) no paré de cubrir básquetbol. Porque me gusta. Porque me gusta más que el fútbol. O sea: tengo un tatuaje de River en el brazo derecho y soy socio y me deprime y me lleva al éxtasis y hasta me fui a Japón a verlo, pero eso responde a una pasión. Y con razón, como deporte me gusta más el básquetbol. Toda la vida.
En cualquier cancha del país a la que me tocó ir sentí el unánime reconocimiento que da ser de Bahía, pese a la soberbia que nos caracteriza y que tan meticulosamente me ocupo de afirmar, exaltar e intentar justificar en esta serie sobre la Capital del Básquetbol.
Y la verdad es que se apilan los nombres propios que originaron ese prestigio del periodismo bahiense en gráfica, en radio y en TV. En la próxima empiezo a tirarlos.
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