283. La cerveza me transformó en un barrabrava acuático
(Desde Oxford)
Puta, es mi último fin de semana en Oxford. El que viene me voy a Belfast, y después tengo que volver acá para defender el paper final pero será algún día de lunes a viernes.
Al menos lo hice rendir: para bajar la quemazón de cabeza decidí inyectarle alta dosis de inconciencia y visité la maltería donde hacen la más rica cerveza, la que me conquistó, la Old Hooky (o "Viejos novillos").
La empresa se llama Hook Norton Brewery Company Limited. La fundó en 1849 un tal John Harris y es una de las pocas que sigue en manos familiares: actualmente la dirige el tataranieto, un tipo alto y con espeluznante voz de pito. Además, es la única del Reino Unido que todavía produce con una máquina a vapor y su edificio con la torre victoriana representa una joyita arquitectónica.Queda en el condado de Oxfordshire, a sólo 50 kilómetros al norte de Oxford. Sin embargo, para llegar tuve que tomarme un bondi de una hora a Chipping Norton y ahí esperar bajo la lluvia otro de 20 minutos.
[Dato E! Entertainment: en Chipping Norton nació el actor Wentworth Miller, AKA Michael Scofield en la serie Prison Break.]
Lo bueno de Hook Norton es que se trata de un pueblito típico inglés de unos 2.000 habitantes sin demasiada contaminación moderna, con una iglesia anglicana preciosa (la St. Peter's: adentro, una viejita que regaba las plantas me preguntó si yo era el que se casaba el próximo martes...)
y un pub de campo donde te suministran habitación, cervezas regionales, los diarios, hogar a leña y un plato de jamón, huevo revuelto y papas fritas SU-PRE-MO.
Lo genial de Hook Norton -está claro, ¿no?- es la cervecera. Y el museo que tiene, sí. Y el negocio, sí. (Me agencié 12 botellitas y un par de remeras.) Y la barra donde te sirven muestras gratis de las distintas variedades, sí, ¡sí!
Me mareé de tantas vueltas que dio el micro para regresar a Chipping Norton y tuve que parar a descansar. Entonces me fui a un pub.
Daban Manchester United-Aston Villa, pero justo me acordé de que ayer se producía uno de los acontecimientos deportivos más importantes de cada año en Inglaterra desde 1829: la carrera de botes entre las universidades de Oxford y Cambridge (The Boat Race). O sea, una de las formas del River-Boca académico. Hasta ayer, el historial estaba 79 a 73 a favor de The Other Place.
Dicen que unas 250.000 personas siguen el desarrollo desde las márgenes del Támesis y alrededor de nueve millones desde la tele.
El recorrido es río arriba por casi siete kilómetros. Ocho remeros musculosos y un timonel peso pluma por cada lado (todos estudiantes) se preparan meses y meses para mojarles la oreja a Los Otros en esos 20 minutos, más o menos, donde se juega el orgullo infinito.
Qué sé yo, me pareció interesante ahora que estoy acá. Y me prendí al grito de Come on, Oxford! como un gil; como una cheerleader... Pero ganamos, fácil: te la dimos, Cambridge, puto, y encima después te afanamos los trapos y corriste porque sos cagón.