martes, 17 de julio de 2007

81. La disculpa y la vergüenza; el cansancio y el cariño


Hace una semana envié una carta al departamento de Suscripciones de la revista Rolling Stone para que me dieran de baja, después de varios meses de maltrato inexplicable y agotador.

Recién hoy recibí una respuesta: "Le pedimos disculpas por todos los inconvenientes ocasionados. Hemos tomado nota de la cancelación del servicio". Después me ofrecen mandarme los números que nunca me llegaron o devolverme la plata. Y me saludan atentamente.

Prefiero quedarme con el correo que me envió el director editorial del Grupo Revistas de La Nación, Víctor Hugo Ghitta, un periodista de alta pluma y digna vergüenza: "No te pido disculpas porque sé que no las aceptarías, y está bien que así sea. Y lo lamento porque trabajamos mucho para construir una audiencia fiel que se sienta respetada por los contenidos. [...] Gracias por mantener cierto cariño por la revista".

Le contesté: "Me consta que en la parte de contenidos, más que respetar al lector, RS los mima porque es un producto único. [...] O sea: que me cansé es rigurosamente cierto. Que mi cariño por RS es inoxidable, también".

El cartero me entregó el ejemplar de julio ayer, el día 16. Adentro había un cupón de suscripción y una oferta exclusiva para comprar las dos ediciones por el 40º aniversario de RS Estados Unidos con el 20% de descuento. Créanme que duele.

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